COBERTURA INFORMATIVA
SOBRE PANDEMIAS (LXIII): MODELOS DE CONVIVENCIA CON LA COVID-19 (52) Publicado en Dominical Diario de Ferrol, Nordesía, 25/07/2021
Carlos Piñeiro Diaz,
médico de familia. Magister en Salud Pública. Divulgador científico
La sociedad ha aprendido a convivir con la
COVID-19, tras haber pasado un período de confinamiento y haber adoptado
medidas como el uso de las mascarillas, el distanciamiento físico y el lavado
de manos, pero no parece suficiente. Nuevos modelos de convivencia se han
convertido en reto, incluso limitándose derechos básicos con el objetivo social
de controlar la enfermedad. Progresión de variante delta y exigencia europea de
pases de salud.
La esperanza de vida ha disminuido en Estados
Unidos en un año y medio en el 2020, según un informe federal reciente y afectó
más gravemente a los estadounidenses hispanos y afroamericanos que a los
blancos. Las disparidades raciales y étnicas han persistido durante la pandemia
del COVID-19 y se supone que en los grupos referidos puede durar varios años la
caída de la esperanza de vida.
La variante delta progresa en todos los países
del mundo, mientras en Inglaterra se ha celebrado un triunfal “día de la libertad”
con una importante disminución de restricciones, dejando estupefactos a los
científicos que consideran no reunir las condiciones idóneas de evolución de la
pandemia en tierras británicas.1.200 científicos y sanitarios firmaron un
documento en el que se califica de “experimento peligroso” las medidas de Boris
Johnson, publicado en la revista científica The Lancet. A partir de ahora no es preceptivo en
Inglaterra el uso de mascarillas o guardar distancia social, los grupos
pueden reunirse en lugares cubiertos o en los hogares sin límite de número de
personas y cada cual puede invitar a cuantos quiera a bodas, bautizos o
funerales. Finalizando el teletrabajo en las empresas. Una aparente nueva modalidad de libertad basada en
el ego de los políticos parece afectar a dirigentes de países y Comunidades
Autónomas españolas. España ha vuelto a sufrir el riesgo extremo como
consecuencia de la quinta ola de la pandemia relacionada con la infección de
jóvenes sin vacunar y personas no vacunadas voluntariamente. El descontrol
aparente marca la situación actual. El hecho de no haberse incrementado el
número de muertes, comparando con los meses iniciales de la pandemia y
relacionado con la mayor inmunidad de los jóvenes, parece tranquilizar a los
responsables políticos y todo parece volcarse en la ampliación de las
vacunaciones. El pasaporte sanitario se
ha convertido en la clave para la libre circulación de las personas vacunadas,
que no muy tarde será objeto de discusión judicial relacionada con los derechos
fundamentales, dividiendo el espacio público en accesible o no accesible según
la situación sanitaria que en principio puede vulnerar el derecho a la
intimidad, libertad de circulación y anonimato. La vigilancia social puede
verse ampliada en pro de una supuesta preservación de la salud y hasta podría
afectar al principio de no discriminación en el empleo. El pase sanitario se
inició en Dinamarca en abril del 2021, acompañado de la reapertura de bares,
cafeterías, restaurantes, museos y bibliotecas. El “Coronapas” es el
equivalente al certificado digital COVID de la Unión Europea, un documento
obligatorio para los mayores de 15 años y se puede utilizar para justificar un
calendario de vacunación completo o una prueba negativa de menos de 72 horas o
una infección por SATS-CoV-2 en las 12 semanas anteriores. Austria y Francia han
decidido seguir ese modelo restrictivo, que se va extendiendo por el viejo
continente. El pase sanitario europeo es un certificado digital que dispone de
un código QR y tiene por objetivo demostrar que una persona se ha vacunado, se
ha curado de COVID recientemente o ha recibido resultados negativos de su
prueba contra COVID-19. Pero hay que saber que se trata de un pase y no de un
pasaporte.
La variante delta del virus está progresando
en todo el mundo, aporta el 83% de los nuevos casos de transmisión en Estados
Unidos, en España se ha incrementado de forma mayoritaria en las últimas
semanas con diferencias entre Comunidades Autónomas, camino de superar el 80%
en los últimos casos en varias Comunidades. La alta incidencia acumulada de la
quinta ola lleva a superar datos históricos de contagios de una variante
explosiva de carga viral con rápida transmisión, que puede llevar a
reconsiderar el uso de la mascarilla en exteriores, destacando su periodo de
incubación más corto, el crecimiento explosivo, las cargas virales superiores y
doble capacidad de infección a células. Los gobiernos europeos están
preocupados por la vacunación de los jóvenes para frenar la variante delta y
acelerar el ritmo de protección de las personas más vulnerables.
El Ministerio de Sanidad facilita toda la
información relacionada con las pruebas de antígeno de autodiagnóstico COVID-19
que sólo se pueden adquirir en farmacias y que permiten detectar más casos y,
por tanto, ofrece más oportunidades de controlar la transmisión. Se insiste en
que no deben adquirirse por otros canales porque son de venta exclusiva en
farmacias. Es importante tener en cuenta que las pruebas de autodiagnóstico no
serán consideradas para el diagnóstico de confirmación de infección activa ni
en personas con síntomas ni en asintomáticos. Los resultados positivos en estas
pruebas se considerarán casos sospechosos que deberán confirmarse en un centro
sanitario. La prueba debe hacerse en los 7 primeros días desde la infección o
en los 5 primeros días con síntomas. El uso correcto del test exige hacerlo
inmediatamente tras tomar la muestra, seguir las instrucciones de uso y la
línea de control C siempre debe ser visible. En caso de positividad procede el
aislamiento y comunicarse con las autoridades sanitarias.
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