COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(X): COVID-19 Y RESIDENCIAS DE MAYORES DOMINICAL DE DIARIO DE FERROL, 28/06/2020 PÁGINA 11-35
COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (X): COVID-19 Y
RESIDENCIAS DE MAYORES (3)
Carlos Piñeiro Diaz, médico de familia. Magister en Salud
Pública. Divulgador científico
La Carta de los
Derechos Fundamentales de la Unión Europea, de diciembre del 2000, especifica:
Artículo 21.1. Se prohíbe toda discriminación, y en particular la ejercida por
razón de sexo, raza, color, orígenes étnicos o sociales, características
genéticas, lengua, religión o convicciones, opiniones políticas o de cualquier
otro tipo, pertenencia a una minoría nacional, patrimonio, nacimiento,
discapacidad, edad u orientación sexual.
La situación crítica
provocada por el COVID-19 en las residencias de mayores en muchos países del
mundo, ha conducido a un regreso con temor a la vida, donde se cuestiona el
modelo de gestión de estas para el futuro. En Estados Unidos, la cuarta parte
de las muertes ocasionadas por el coronavirus, han ocurrido en residencias de
mayores y todavía ahora se cuestionan las carencias de equipos de protección
personal y acceso a pruebas adecuadas. Millones de personas se han planteado
que estaba pasando con sus seres queridos. En España, las personas fallecidas
en residencias podrían superar el 70%
del total de muertes por coronavirus SARS-COV-2. Este país dispone de
372.985 plazas repartidas entre los 5.417 centros de mayores existentes, en una
sociedad donde los mayores no parecen ser el objetivo de una comunidad cómoda,
atractiva y social, poniendo en riesgo su seguridad. Centros no sanitarios,
escasamente preparados para soportar una pandemia como la del COVID-19.
Hay experiencias
positivas relacionadas con las medidas de éxito en las residencias de mayores.
Por ejemplo, en Asturias. La residencia mixta de Gijón, con 300 residentes y de
titularidad pública. Se instalaron los puntos de higiene y asepsia en el centro
y la cartelería informativa, en febrero, suprimiendo las zonas comunes. El 12
de marzo se cerraron las visitas, así como nuevos ingresos. Se elaboró el plan
de contingencia en la primera semana de marzo, contemplando la sectorización
del centro, habilitando una zona para casos sospechosos y otra para casos
positivos, en una misma planta, aislada del resto del edificio, con entrada y
salida para esa zona y personal exclusivo. Se sectorizó la atención,
minimizando los contactos entre residentes y profesionales. Plantearon una
organización más segura, manteniendo el personal mínimo esencial para evitar
vectores de transmisión del virus. Se cumplió con la aplicación de los
protocolos de forma estricta. Cero muertes. Dos casos positivos. Práctica de
test masivos. 301 test PCR de residentes negativos. Inicialmente no disponían
de mascarillas, e incluso los trabajadores protestaron por la situación.
¿Cuestión de suerte o de adopción de medidas adecuadas para evitar la infección?
Asturias cuenta con más de 200 residencias de mayores que atienden a unas
quince mil personas. Sólo 15 son de titularidad pública.
En Narón, el centro
de mayores San José, con 120 residentes, fue supervisado por los sanitarios del
centro de salud de Narón, siguieron a rajatabla los documentos técnicos
relacionados con la pandemia en residencias de mayores, se realizaron test PCR
a la totalidad de los residentes y trabajadores del centro, aplicando medidas
de distanciamiento social y medidas de higiene estrictas, con formación
continua en el salón de actos mediante la proyección de videos sobre cómo
utilizar mascarilla, guantes, lavado de manos y colocación y retirada de las
EPI, sesiones continuas a las que puede acceder cualquier empleado a lo largo
de la mañana si precisa recordar actuaciones. El personal que atiende a la
planta de aislamiento, dispone de todo el material de protección necesario:
Mascarillas FPP2 y quirúrgicas, pantallas de protección, guantes y batas
desechables, productos de limpieza, geles hidroalcohólicos, bolsas para
residuos… El acceso a las habitaciones de la planta de aislamiento tiene una
barrera física, hay información sobre normas de limpieza de la habitación,
gestión de residuos, así como toda la información sobre normas de retirada y
colocación de EPI, lavado de manos, teléfonos de contacto interno, teléfonos de
familiares e información sobre signos y síntomas de alarma. Un caso positivo al
COVID-19 y cero muertes atribuidas a la infección. . ¿Cuestión de suerte o
adopción de medidas adecuadas para evitar la infección?
Se ha demostrado que
adaptando las instalaciones de las residencias de mayores para aplicar el
contenido de los documentos técnicos del Ministerio de Sanidad y de la
Organización Mundial de la Salud, posibilidad de disponer de zonas de
aislamiento y cumplimentando todas las medidas de aislamiento, distanciamiento
social y medidas de higiene, disminuye las posibilidades de aparición de dramas
humanos, sin olvidar que un elevado porcentaje de residentes son mayores de 80
años y que son muy frágiles para superar una infección como la provocada por el
COVID-19.
El futuro de las
residencias de mayores necesitará tener presente la modificación de sus
instalaciones, para rediseñar su espacio interior y maximizar el control de
posibles infecciones. Menos camas y menos espacios compartidos. Aumentarán los
salarios y la dotación de personal. Se planteará lograr el equilibrio entre la
seguridad y una comunidad cómoda, atractiva y social. Las soluciones
comunitarias enfocadas a los espacios para el envejecimiento de los mayores
aportarán nuevas opciones para mejorar la calidad de vida de las personas
mayores.
Pero, en una
situación de crisis económica, la precariedad va a persistir ante posibles
deficiencias en la cobertura de mejores ratios en las residencias, que
conllevarán más costes económicos. Sólo la presión social, similar a la que se
ejerce para la sanidad o la educación públicas, permitirá exigir el desarrollo
adecuado de la Ley de Dependencia y aproximarse al objetivo del envejecimiento
activo real, teniendo presente que nadie puede ser discriminado por su edad o
discapacidad.