COBERTURA INFORMATIVA
SOBRE PANDEMIAS (LVIII): MODELOS DE CONVIVENCIA CON LA COVID-19 (47) Publicado en Dominical Diario de Ferrol, 20/06/2021
Carlos Piñeiro Diaz,
médico de familia. Magister en Salud Pública. Divulgador científico
La sociedad ha aprendido a convivir con la
COVID-19, tras haber pasado un período de confinamiento y haber adoptado
medidas como el uso de las mascarillas, el distanciamiento físico y el lavado
de manos, pero no parece suficiente. Nuevos modelos de convivencia se han
convertido en reto, incluso limitándose derechos básicos con el objetivo social
de controlar la enfermedad. Se relajan medidas restrictivas y se permitirá
abandonar mascarillas en exteriores.
La progresiva vacunación de la población
general está permitiendo que los políticos legislen nuevas medidas de
relajación como la no utilización de las mascarillas al aire libre. En España
dejará de ser obligatorio su uso a partir del día 26 de junio. Estas
circunstancias han desatado una nueva polémica respecto a las nuevas medidas
adoptadas en muchos países en el mundo. La mayoría de los científicos consideran
que debería conseguirse la inmunidad colectiva frente a la COVID-19 antes de que
la mascarilla deje de ser obligatoria. Se ha establecido el porcentaje del 70
por ciento de vacunación en la población general para alcanzar la inmunización
colectiva, aunque se están adoptando medidas con el 60 por ciento de población
vacunada en los países más avanzados en la vacunación. La premura de los
políticos conduce a adoptar medidas antes de alcanzar los objetivos
considerados como idóneos y que sin duda guarda relación con la etapa veraniega
y la posible imagen vacacional porque todavía no se ha alcanzado la incidencia
acumulada de 14 días por 100.000 habitantes por debajo de 25 ni tampoco está
vacunada el 70 por ciento de la población. En caso de conseguir la inmunidad de
grupo se podría prescindir de las medidas de distancia social, higiene de manos
y uso generalizado de la mascarilla, y dependerá de la información puntual del
seguimiento de la evolución de la pandemia, pero si no se consiguiera controlar
la transmisión del virus SARS-CoV-2 y si se mantiene en niveles destacados, las
medidas habrán de mantenerse. Seguramente las medidas diferirán entre
Comunidades Autónomas, pero debe de imperar la prudencia y el sentido en común
en la relajación de las medidas por el momento, porque no se han alcanzado los
objetivos idóneos recomendables en toda la población. Galicia está próxima a
alcanzar las condiciones óptimas para la disminución de restricciones
existentes hasta el momento y las autoridades sanitarias indicarán las medidas
idóneas en función de los indicadores de seguimiento diarios. Conviene recordar
que recibir una primera dosis no otorga inmunidad inmediata y que se deben
mantener las precauciones hasta al menos 4 semanas y completar convenientemente
la pauta de dosificación.
La variante delta (india) está expandiéndose
por todo el mundo, afectando a población joven sin vacunar y no debemos olvidar
que es más transmisible que la variante alfa (inglesa), presentando resistencia
parcial a anticuerpos y mayor riesgo de casos de hospitalización, insistiendo
en que hay protección con la pauta completa de vacunación. Se han publicado
datos de Escocia respecto a la variante delta en la revista científica The
Lancet y corroboran los datos anteriores. Es una buena noticia conocer que la
efectividad de las vacunas frente a la hospitalización provocada por la
variante delta, tras una dosis es del 94% con Pfizer y del 71% con AstraZeneca
y tras dos dosis la efectividad es del 96% con Pfizer y del 92% con AstraZeneca
según datos de Salud Pública de Inglaterra.
El virus SARS-CoV-2
responsable de la pandemia de la COVID-19 ha ido evolucionando desde su
aparición en Wuhan. Su transmisibilidad(R0) se ha triplicado desde la cepa
original hasta la variante delta, según demuestran los estudios realizados por
el Imperial College de Londres de Ciencia, Tecnología y Medicina.
España ha aprobado la vacunación frente a la
COVID-19 a partir de los doce años, lo que supone la existencia de tres grupos
adicionales: grupo 11(de 30 a 39 años), grupo 12(de 20 a 29 años) y grupo
13(entre 12 y 19 años). Los niños con enfermedades subyacentes tienen más
probabilidades de sufrir severas complicaciones de COVID-19, pero incluso los
niños sanos pueden verse afectados de forma grave. Los ensayos clínicos
mostraron que esta vacuna es segura y eficaz para los niños en este rango de
edad, según valoraciones de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos)
y los CDC (Centros de Control de Enfermedades) de Estados Unidos. La vacuna
fabricada por Pfizer fue autorizada recientemente para niños mayores de 12
años. Se recomienda administrar dos dosis de esta vacuna con tres semanas de
diferencia. Tal como ocurre con las personas mayores, los niños también pueden
transmitir el coronavirus a otras personas, si están infectados, incluso cuando
no hay síntomas aparentes. La vacuna COVID-19 protege contra este daño
potencial. Los expertos en enfermedades infecciosas consideran que cada niño o
adulto infectado ofrece la posibilidad de mutación del virus y crear una
variedad que podría resultar más peligrosa o resistente a las vacunas y
terapias disponibles.
Estudios científicos publicados recientemente
confirman que las vacunas ARNm (Pfizer y Moderna) no afectan o interfieren en
la fertilidad o en parámetros asociados a la vitalidad de los espermatozoides.
Últimamente algún médico negacionista europeo realizó una campaña específica en
este sentido, alcanzando gran repercusión. La EMA (Agencia Europea del
Medicamento) advierte que “no se observaron efectos relacionados con la vacuna
Pfizer-BioNTech en la fertilidad femenina, la gestación ni el desarrollo embriofetal”.
No hay evidencia alguna de que las vacunas COVID-19 tengan efecto en la
fertilidad de los hombres o de las mujeres.
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