martes, 27 de julio de 2021

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (LXI): MODELOS DE CONVIVENCIA CON LA COVID-19 (50) 11/07/2021

 

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (LXI): MODELOS DE CONVIVENCIA CON LA COVID-19 (50) Publicado en Dominical Diario de Ferrol, Nordesía, 11/07/2021

Carlos Piñeiro Diaz, médico de familia. Magister en Salud Pública. Divulgador científico

 La sociedad ha aprendido a convivir con la COVID-19, tras haber pasado un período de confinamiento y haber adoptado medidas como el uso de las mascarillas, el distanciamiento físico y el lavado de manos, pero no parece suficiente. Nuevos modelos de convivencia se han convertido en reto, incluso limitándose derechos básicos con el objetivo social de controlar la enfermedad. Consecuencias mundiales de la pandemia y riesgos de la quinta ola.

 El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas (ONU) ha publicado el Informe de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) 2021, donde se revisa el progreso de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, utilizando los últimos datos y estimaciones disponibles para realizar un seguimiento del progreso global de los 17 Objetivos. El informe destaca los efectos devastadores de la COVID-19 en los ODS y señala áreas que requieren una acción urgente y coordinada. En el prefacio se destaca que la comunidad mundial se encuentra en un momento crítico en su búsqueda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, tras haber perdido más de cuatro millones de vidas como consecuencia de la pandemia, con un costo humano y económico sin precedentes, habiendo sido los esfuerzos de recuperación desiguales, inequitativos e insuficientemente orientados hacia el logro del desarrollo sostenible.

 Si se hubiera desarrollado la agenda de los ODS en los últimos años, el mundo estaría más preparado para afrontar las consecuencias de la pandemia, porque se habrían logrado avances en la reducción de la pobreza, la salud materno infantil, el acceso a la electricidad y la igualdad entre géneros, con sistemas de salud más sólidos, cobertura social ampliada, una resiliencia originada en sociedades más equitativas y un medioambiente más saludable. Pero, la reducción de la desigualdad, la reducción de las emisiones de Carbono y la lucha contra el hambre, se han estancado o invertido. Según el Informe de los ODS 2021, la tasa mundial de la pobreza extrema aumentó por primera vez en más de 20 años y alrededor de 124 millones de personas volvieron a caer en la pobreza extrema en 2020. Existe el riesgo de una catástrofe generacional con respecto a la escolarización, donde otros 101 millones de niños han caído por debajo del nivel mínimo de competencia lectora, lo que podría acabar con dos décadas de logros educativos. Las mujeres se han enfrentado a un aumento de la violencia doméstica, se prevé que el matrimonio infantil aumente después de su disminución en los últimos años y el trabajo de cuidados no remunerado y mal remunerado aumenta de manera desproporcionada recayendo sobre las mujeres y las niñas. La temperatura media global ha alcanzado alrededor de 1,2 º C por encima de los niveles preindustriales, provocando incremento de la crisis climática. La pandemia ha supuesto increíbles desafíos financieros, provocando mayor endeudamiento de los países, sobre todo en desarrollo, suponiendo un importante sobreendeudamiento y una menor inversión extranjera directa y en el comercio. El mundo se encuentra ante un gran reto tras la pandemia.

 Los buenos datos de vacunación contra la COVID-19 y las tensiones generadas en las costuras del binomio economía y salud, llevó a los decisores políticos a adoptar medidas de relajación de las restricciones derivadas de la pandemia, provocando una reacción en cadena de sectores de la población donde se llegó a pensar que se había superado la crisis de la pandemia. Los jóvenes decidieron celebrar macro fiestas sin ningún tipo de restricción y con empresarios que las organizaron en pro de la satisfacción juvenil. Los resultados han provocado un incremento preocupante de casos de contagio en jóvenes y en sus familiares, siendo las variantes del virus las protagonistas de la transmisión epidémica. En esta ocasión, los modelos matemáticos aplicados a nuevos escenarios de la pandemia no se han equivocado en sus previsiones. Los sectores hosteleros han vuelto a preocuparse por el regreso a las medidas de restricción y el cierre del ocio nocturno parece ser una posibilidad ante el incremento de casos de contagio. De poco han servido los estudios científicos sobre la transmisión del virus y de los estudios sobre las perturbaciones que ha provocado la pandemia de la COVID-19 en la integración social y económica de los jóvenes, un colectivo que se enfrenta a un reto continuo ante la nueva crisis.



 La Encuesta Mundial sobre los jóvenes y la pandemia de la COVID-19 releva que la pandemia ha tenido un impacto sistemático, profundo y desproporcionado. La OIT (Organización Internacional del Trabajo), junto con otras organizaciones internacionales, publicaron la encuesta mundial “ Los jóvenes y la pandemia de la COVID-19: efectos en los empleos, la educación, los derechos y el bienestar mental” , donde se ha constatado la necesidad de realizar inversiones urgentes, específicas y más inteligentes en los empleos decentes para los jóvenes, en particular en la protección de los derechos humanos, garantía de empleo y formación, la protección social y prestaciones del seguro de desempleo, mayores esfuerzos para impulsar la calidad y la facilitación del aprendizaje en línea y a distancia y la mayor complementariedad con los servicios de salud mental, el apoyo psicosocial y las actividades deportivas.

 Más que victimizar a los jóvenes en plena crisis pandémica, habrá que adoptar las medidas necesarias para que la crisis de la COVID-19 no tenga efectos negativos severos sobre el colectivo de los jóvenes, con impacto potencialmente duradero en sus vidas, concertando esfuerzos, con y para los jóvenes, fomentando su promoción social y económica estable.

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