martes, 27 de julio de 2021

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (LX): MODELOS DE CONVIVENCIA CON LA COVID- 19 (49) 04/07/2021

 COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (LX): MODELOS DE CONVIVENCIA CON LA COVID-19 (49) Publicado en Dominical Diario de Ferrol, Nordesía, 04/07/2021

Carlos Piñeiro Diaz, médico de familia. Magister en Salud Pública. Divulgador científico

 La sociedad ha aprendido a convivir con la COVID-19, tras haber pasado un período de confinamiento y haber adoptado medidas como el uso de las mascarillas, el distanciamiento físico y el lavado de manos, pero no parece suficiente. Nuevos modelos de convivencia se han convertido en reto, incluso limitándose derechos básicos con el objetivo social de controlar la enfermedad. Sindemia, fin de curso de estudiantes y expansión de variante delta.

Cuatro millones de personas fallecidas por causa de la pandemia de la COVID-19 y casi 182 millones de casos confirmados a nivel mundial, es un balance dramático que debería ser causa de una profunda reflexión. El tiempo reafirma que estamos viviendo una auténtica sindemia. La sindemia, término acuñado por el antropólogo médico estadounidense Merril Singer, abarca interacciones biológicas y sociales para el pronóstico, tratamiento y la política de la salud. Limitar el daño causado por el virus SARS-CoV-2 exige una atención mayor de las enfermedades no transmisibles crónicas y la desigualdad socioeconómica. La pobreza es el mayor determinante social de enfermedad en los países más desfavorecidos y contribuye a aumentar la inequidad de los grupos económicos más débiles. La pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la baja inmunidad social de muchos países como resultado de políticas públicas inadecuadas en la situación previa a la epidemia global.   La vacunación contra la COVID-19 en países en vías de desarrollo es un desafío importante y se calcula que en el mundo han de vacunarse más de cuatro mil millones de personas. Los líderes del G7 se han comprometido a entregar el equivalente a mil millones de dosis para el próximo año 2022, con el objetivo de inmunizar al 60% de la población mundial, así que el virus seguirá circulando y mutando en muchos países comprometiendo la salud e la población del planeta.



Desde hace unos meses los organismos internacionales y entidades científicas han iniciado un debate sobre las lecciones aprendidas durante la pandemia y los enfoques de futuro en los sistemas de salud para evitar o prevenir otras grandes catástrofes de salud. La salud humana y la sostenibilidad del sistema sanitario pueden verse gravemente comprometidas por no atender los aspectos medioambientales ni los factores determinantes de la salud en su sentido más amplio, destacándose la importancia de la promoción de la salud en su concepto integral, donde la capacitación y defensa individuales y comunitarias son vitales para responder de manera eficaz a la COVID-19. Resulta necesario aumentar la resiliencia ( la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos, según la RAE) individual y social a través del ejercicio al aire libre, sin dejar de cumplir las recomendaciones necesarias de prevención, la nutrición y los hábitos de alimentación saludables, la actividad física, la hidratación, una exposición saludable al sol, la confianza en favorecer la salud mental fomentando el contacto y la ayuda a otras personas en riesgo o socialmente aisladas, una rutina equilibrada que incluya suficiente descanso y sueño, la promoción de la capacitación en salud y una sociedad orientada a la generación o creación de salud.

 La crisis de la COVID-19 afecta no solo a adultos de todas las edades, sino también a niños y a jóvenes. La continuidad de la educación en sus diversas modalidades en los centros educativos y la seguridad de los menores en estas situaciones resultan fundamentales. Resulta llamativo el tratamiento mediático surgido en la celebración del fin de curso de jóvenes que han acudido a las islas Baleares, siendo calificado como “megabrote epidémico” y cuestionando la educación y comportamiento de los afectados, así como la legalidad de las medidas de restricción adoptadas por el gobierno balear, blindando el regreso de los estudiantes y donde las Comunidades Autónomas serán las responsables de la vuelta a casa con todas las garantías. Posiblemente no se ha conseguido gestionar adecuadamente el aburrimiento, la sensación de encierro y la privación del contacto con los amigos, la ansiedad y la depresión que ha generado el confinamiento en las personas jóvenes. Todas estas situaciones exigen soluciones creativas que deben provenir no solo de los padres, profesores, especialistas o políticos, sino también ser propuestas por los propios menores. La situación actual de la pandemia afecta a los jóvenes por su carencia de vacunación y a familiares no vacunados. La sociedad parece sorprenderse por los brotes surgidos en un contexto social donde se iniciaron medidas de relajación de las restricciones como el uso de la mascarilla en los exteriores. Todavía no se cumplen los requisitos mínimos que puedan garantizar la denominada vuelta a la normalidad. La progresión de la variante Delta contra la que la vacunación parece seguir siendo eficaz, dado su mayor contagio, pero requiere coberturas vacunales más amplias y completas, donde las personas jóvenes pueden verse afectadas. Esta nueva mutación está en el origen del repunte epidémico significativo en el Reino Unido, uno de los países del mundo donde la población está más vacunada, con el 63,6% de las primeras vacunas y el 46,4% de personas totalmente vacunadas. Se considera que la variante delta es un 60% más contagiosa que la variante alfa (británica), representando el 98% de las contaminaciones actuales. Se espera su incremento en el resto de los países europeos.  Las personas no vacunadas pueden contribuir de manera desproporcionada a la transmisión: una persona no vacunada tiene doce veces más probabilidades de transmitir el SARS-CoV-2 que una persona vacunada. Cuídense

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