COBERTURA INFORMATIVA
SOBRE PANDEMIAS (LII): MODELOS DE CONVIVENCIA CON LA COVID-19 (41) Publicado en Dominical Diario de Ferrol 02/05/2021
Carlos Piñeiro Diaz,
médico de familia. Magister en Salud Pública. Divulgador científico
La sociedad ha aprendido a convivir con la
COVID-19, tras haber pasado un período de confinamiento y haber adoptado
medidas como el uso de las mascarillas, el distanciamiento físico y el lavado
de manos, pero no parece suficiente. Nuevos modelos de convivencia se han
convertido en reto, incluso limitándose derechos básicos con el objetivo social
de controlar la enfermedad. Se asumen los riesgos raros de la vacunación.
Ejercicio y COVID-19.
Los seguimientos de la farmacovigilancia han
permitido valorar los riesgos de las vacunas anti-COVID-19 a las agencias de
medicamentos y a los organismos internacionales de salud, manteniendo la
espera propia de las medidas de precaución. El CDC (Centros de Prevención de
Enfermedades) de Estados Unidos recomienda continuar administrando la vacuna
de Johnson&Johnson en mayores de 18 años. Se advertirá acerca del riesgo
muy poco frecuente de trombos, pero no se limitará su uso. Los asesores
científicos del CDC votaron 10 síes, 4 noes y 1 abstención, en cuanto a la
continuidad del uso de la vacuna. Los cuatro expertos que votaron
negativamente especificaron que se debería agregar en las recomendaciones
para su uso, el riesgo específico para las mujeres menores de 50 años y la
abstención guardaba relación con incompatibilidad por su participación en los
ensayos clínicos. Los CDC confirmaron nueve casos nuevos del
trastorno, lo que eleva el total a 15, de los casi ocho millones de personas
que han recibido la vacuna. Todos los casos han sido en mujeres y 13 en
mujeres de entre 18 y 49 años. El riesgo general de desarrollar el trastorno
de la coagulación es extremadamente bajo. Las mujeres de entre 30 y 39
años parecen estar en mayor riesgo, con 11,8 casos por millón de dosis
administradas. Ha habido siete casos por millón de dosis entre mujeres
de entre 18 y 49 años. Los funcionarios federales de salud de Estados Unidos dijeron
que se proporcionaría información sobre el trastorno a las personas en los
lugares de vacunación, según publicó el NYTimes. |
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) avala el
uso de la vacuna de Janssen pese a hallar posibles vínculos con casos de
trombos (una situación similar a la de AstraZeneca). La Agencia Europea del
Medicamento mantiene que los beneficios de la vacuna superan a los riesgos.
La relación beneficio-riesgo de las vacunas
del cuadro expuesto, nos muestra que la relación de probabilidades de sufrir
trombos, según la SEFH (Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria), es la
siguiente: el uso de la vacuna AstraZeneca supone una probabilidad del 0,00006%
de sufrir un episodio trombótico; con la vacuna Janssen la probabilidad es de
0,00009%; en el caso de sufrir COVID-19 sin ingreso hospitalario se alcanza un
1% de probabilidad de trombos y con ingreso hospitalario en planta supone un 5%
de probabilidades, incrementándose al 20-25% si se ingresa en la Unidad de
Cuidados Intensivos(UCI). Pero hay que destacar las probabilidades de riesgo de
aparición de trombos, cuando se fuma (0,28%), con el uso de anticonceptivos
orales en mujeres jóvenes (0,07-0,13%), o en vuelos largos (3-12%), o en
terapia hormonal de la menopausia en la mujer (0,06%).
Hay datos esperanzadores para el control de la
pandemia. Los datos comunicados sobre la vacunación en Israel sugieren que
vacunar a un 60% de la población (o incluso menos) con la pauta total (2 dosis
en el caso de Pfizer) podría ser suficiente para lograr contener la COVID 19 y
también las infecciones. En las últimas horas se han registrado 34 casos y un
fallecido. El dato destacable es que estos resultados se logran con el 57% de
la población con una dosis y el 55% totalmente inmunizado. Las vacunas resultan claves a la hora de
reducir el riesgo de sufrir COVID19 (leve y grave), pero también pueden ser una
herramienta para disminuir la transmisión asintomática y con ello reducir la
transmisibilidad.
El ejercicio regular puede ser protector en la
COVID-19. La inactividad física está asociada a COVID-19 severa, tal como se ha
observado en un estudio científico publicado en este mes de abril. El 14 de abril
se publicó un estudio de 48.440 pacientes con COVID-19, observándose la
asociación de la inactividad física con mayor riesgo de resultados graves de la
enfermedad por coronavirus. Los pacientes que estuvieron de forma constante en
inactividad física presentaron más riesgo de hospitalización, ingreso en la UCI
y muerte, mientras el cumplimiento constante de las pautas de actividad física
se asoció fuertemente con un riesgo reducido de resultados graves de COVID-19
entre los adultos infectados. El estudio realizado por el Dr. Robert Sallis y
colaboradores, del Departamento de Medicina Familiar y Deportiva del centro
médico Kaiser Permanente de Fontana (Estados Unidos). Las directrices de
actividad física en Estados Unidos establecieron una meta de 150 minutos/semana
de caminata rápida, para maximizar los beneficios en salud, cantidad que puede
administrarse en cantidades pequeñas, lo que hace que cualquier persona puede
alcanzar las metas establecidas. Recomiendan los autores del estudio que las
autoridades de salud pública informen a todas las poblaciones de que, a falta
de vacunación y siguiendo las medidas de prevención como distanciamiento
social, uso de mascarillas e higiene adecuada, la actividad física regular
puede ser la acción más importante para prevenir la COVID-19 grave y sus
complicaciones, incluida la muerte.
Como conclusiones, cabe destacar la
importancia de la vacunación asumiendo sus riesgos con total tranquilidad y
mantener la actividad física para protegerse de las complicaciones en caso de
adquirir la infección.
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