COBERTURA INFORMATIVA
SOBRE PANDEMIAS (XLVIII): MODELOS DE CONVIVENCIA CON LA COVID-19 (37) Publicado en Dominical de Diario de Ferrol 28/03/2021
Carlos Piñeiro Diaz,
médico de familia. Magister en Salud Pública. Divulgador científico
La sociedad ha aprendido a convivir con la COVID-19, tras haber pasado un
período de confinamiento y haber adoptado diversas medidas como el uso de las
mascarillas, el distanciamiento físico y el lavado de manos, pero no parece
suficiente. Nuevos modelos de convivencia se han convertido en reto, incluso
limitándose derechos básicos con el objetivo social de controlar la enfermedad.
Disyuntivas entre las vacunas y las variantes y brechas insolidarias.
La Organización Mundial
de la Salud (OMS) ha advertido que la guerra es contra el virus SARS-CoV-2 y no
entre nosotros. Los acuerdos bilaterales, las prohibiciones de exportación, el
denominado nacionalismo de las vacunaciones, junto a la diplomacia de las
vacunas, están provocando distorsiones en el mercado, con grandes desigualdades
en la oferta y la demanda. El acceso desigual a las vacunas hace pensar que no
se va a conseguir el futuro saludable para todo el planeta como consecuencia del
rápido desarrollo de vacunas efectivas y seguras. La brecha de la cobertura vacunal se está
incrementando entre países ricos y países de ingresos bajos, donde prima la
insolidaridad. Según la ONU, la necesidad de mantener la vigilancia global del
COVID-19 es mayor que nunca, ya que la implementación de campañas de vacunación
y la aparición de variantes van a afectar su curso a medida que evolucionan los
patrones de transmisión.
Sigue la polémica de los efectos adversos
raros derivados de la vacunación contra la COVID-19. Es importante saber que,
ante la ocurrencia de un posible efecto adverso, es necesario buscar una
posible causalidad (¿es realmente responsable la vacuna del efecto adverso?). Y
en este caso se realiza un estudio de riesgo-beneficio y sólo después de la
realización de estos estudios se puede tomar la decisión de suspender la
vacunación o sobre su continuidad. Para obtener la confianza de la población es
necesaria la transparencia en la comunicación, mostrar la efectividad de la
farmacovigilancia para la detección de posibles efectos adversos y no sucumbir
ante el llamado efecto cigüeña o al principio de precaución. El efecto cigüeña
tiene relación con la leyenda alsaciana de que las cigüeñas traen bebés y las
tasas de natalidad son mayores donde las cigüeñas hacen sus nidos. Es lo que se
denomina una falacia, el razonamiento que partiendo de una observación real (nidos
de cigüeñas en determinados pueblos) conduce a una falsa conclusión. El efecto
cigüeña consiste en confundir conexión con causalidad. Porque dos eventos se
sucedan no deberían hacer suponer que necesariamente existe relación
causa-efecto entre los dos.
En algunos países, como en Estados Unidos, se
están utilizando incentivos para vacunarse, sobre todo de la segunda dosis. Se ha observado que las áreas ricas y urbanas
están superando a las áreas pobres y a las rurales, que pueden poner en peligro
la inmunidad colectiva. Parece sorprendente que les resulte tan difícil a las
personas completar la vacunación cuando está en riesgo su vida. Según un
estudio de la Universidades de Kent y Leeds, en Inglaterra, se ha encontrado
que las personas que confían en la respuesta de su gobierno a la pandemia de
COVID-19 y sienten una solidaridad mutua, tienen más posibilidades de informar
sobre la infección a las autoridades sanitarias y contactos potenciales en
Italia, Corea del Sur y Estados Unidos. Al parecer, los sentimientos de
vergüenza y estigmatización ante la idea de contraer la COVID-19 están
relacionados con un menor cumplimiento del distanciamiento social y la
probabilidad de reportar la infección a las autoridades sanitarias. La
indiferencia aparente en sectores de la población ante las consecuencias dramáticas
de la enfermedad por COVID-19 es preocupante en una sociedad como la nuestra,
donde se lleva camino de los 100.000 fallecimientos desde el inicio de la
pandemia. Los expertos en riesgos analizan que la muerte se está convirtiendo
en una mera estadística por el “entumecimiento “psíquico, en línea con los
estudios del psicólogo de la Universidad de Oregón Paul Slovic y su equipo,
demostrando que el interés de las personas se desvanece cuando aumenta el
número de muertes. La indiferencia casi generalizada hacia el resto del planeta
(hambrunas de casi cuatro millones de personas, guerras cruentas en lugares
distantes, la pobreza creciente, está provocando la introversión gradual de la
opinión pública que amenaza la “supervivencia” moral de las poblaciones más
privilegiadas.
En Europa se ha iniciado un crecimiento de
casos que hacen pensar en la cuarta ola. En Alemania se ha advertido de que
podrían alcanzar los 100.000 casos diarios en medio de una nueva ola del virus,
siendo calificada de mayor riesgo que las olas precedentes. En España se
comenta sobre la posibilidad de estar al borde de una cuarta ola, por lo que se
están adoptando medidas relacionadas con la semana santa. Como siempre persiste
la polémica entre políticos sobre el binomio economía-salud, cuando no se han
alcanzado en las Comunidades cifras por debajo de 25/100.000 habitantes de
incidencia acumulada. El seguimiento mediático ejerce una presión social grande
y se analizan con detalle cualquier cambio de incidencia en el devenir de la
pandemia en cada municipio y en cada ciudad. No sólo ocurre en España sino
también en muchos países y acontecen adversidades como el empaquetado
defectuoso de la vacuna BioNTech donde adoptaron medidas de precaución
suspendiendo temporalmente las vacunaciones. La recepción y distribución de las
vacunas está provocando la ralentización en España, con demora de las vacunas
de Johnson&Johnson y las reuniones del período de la Pascua provoca temores
de una nueva ola.
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