COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (LXXII): MODELOS DE
CONVIVENCIA CON LA COVID-19 (61) Publicado en Nordesía, dominical Diario de Ferrol, 26/09/2021
Carlos Piñeiro Diaz, médico de familia. Magister en Salud
Pública. Divulgador científico
La sociedad ha
aprendido a convivir con la COVID-19, tras haber pasado un período de
confinamiento y haber adoptado medidas como el uso de las mascarillas, el
distanciamiento físico y el lavado de manos, pero no parece suficiente. Nuevos
modelos de convivencia se han convertido en reto, incluso limitándose derechos
básicos con el objetivo de controlar la enfermedad. Disminuyen las tasas de
infección y se debate sobre la vacuna infantil.
Mientras los humanos comunes
aceptan, en general, la vacunación para la COVID-19, los científicos están
debatiendo sobre aspectos semánticos del mensaje sobre las vacunas, porque
puede inducir confusión en la población. Esta cuestión también debería
preocupar a los gobernantes cuando lanzan sus mensajes vencedores ante el comportamiento
de un virus que sigue sorprendiendo a la ciencia. El doctor Stanley Plotkin,
gran experto y eminencia en el mundo de las vacunas que desarrolló la vacuna contra
el virus de la rubéola y que ahora está extendida por todo el mundo con la
vacuna triple vírica que combina las vacunas contra el sarampión y las paperas,
convocó con 89 años de edad a los miembros del Comité Asesor sobre Prácticas de
Vacunación de Estados Unidos para recomendarles que se dejara de hablar de
vacunas de refuerzo de la vacuna de la COVID por considerar que la tercera
dosis está terminando el trabajo de generar una respuesta robusta y duradera,
considerando que la tercera dosis debe considerarse como la dosis final de la
serie original de vacunas. Considera que el concepto de refuerzo puede
considerarse como vacuna inicial fallida y generar rechazo. Lo más importante
parece ser el hecho de que existe una respuesta inmunitaria a la vacuna que
evita el riesgo de enfermedad grave en el caso de vacunarse en dos ocasiones.
La distinción semántica se mantendrá porque el laboratorio Pfizer no considera
la tercera dosis como parte de la vacunación inicial sino como refuerzo. La
campaña de vacunación de protección contra la COVID-19 se ha iniciado en las
residencias de mayores en Galicia y sin reticencias por parte de los vacunados
porque han vivido en proximidad las consecuencias nefastas de la enfermedad.
Se ha establecido de
forma universal el objetivo de vacunar a tantos niños como sea posible para
tratar de reducir la propagación de la infección y de variantes en la
comunidad. La vacunación de la población menor de 12 años plantea cuestiones
éticas en algunos países y Pfizer afirma que su vacuna COVID-19 funciona para
niños de 5 a 11 años. El fabricante plantea solicitar la autorización en
Estados Unidos, Gran Bretaña y Europa. La nota de prensa inicial parece ya una orientación
científica apresurada, sin haber pasado por los requisitos exigibles
científicos de carácter definitivo. Los datos han sido obtenidos del ensayo
clínico denominado “Study to Evaluate the Safety, Tolerability, and
Immunogenicity of an RNA Vaccine Candidate Against COVID-19 in Healthy Children
<12 Years of Age", donde participa el Hospital Clínico Universitario de
Santiago, junto con otros hospitales de cuatro países. Los resultados se
esperan para el cuarto trimestre de este año.
En Israel se autorizó el uso de la vacuna para
niños de 5 a 11 años susceptibles de sufrir complicaciones graves ligadas a la
COVID-19, "riesgos importantes de enfermedades graves o de deceso a raíz
de una infección al nuevo coronavirus" puedan vacunarse. Aunque en Israel
han decidido esperar la aprobación de la FDA (Administración de Alimentos y
Medicamentos) de Estados Unidos para la vacunación de niños comprendidos entre
estas edades. Mientras, algunos países latinoamericanos ya han comenzado la
vacunación de niños: Chile, a los de 6-11 años con la vacuna CoronaVac
(Sinovac), y Cuba, a los de 2 o más años, con su vacuna Soberana-02. Moderna también está probando su vacuna de ARN
mensajero en niños pequeños. El estudio KidCOVE de fase II/III abarcará niños
desde 6 meses a 11 años.
En Nueva Caledonia, territorio francés de
islas del Pacífico que ronda los 300.000 habitantes, se desarrolla la
estrategia Cero Covid-19. Con la llegada de la variante Delta, el gobierno del
territorio ha aplicado la obligatoriedad de la vacunación para evitar una ola
epidémica y votada por unanimidad por todos los grupos políticos locales. Esta
obligación afecta a los adultos sin contraindicación médica y a todas las
personas que ingresan en el territorio francés. Se prevén sanciones en caso de
negativa, únicamente a partir del 1 de enero de 2022, y para determinadas
profesiones en contacto frecuente con la población (sanidad, aeropuerto,
puertos ...), y para profesiones relacionadas con sectores sensibles
imprescindibles para el funcionamiento del país. Se prevé una multa de 175.000
francos CFP (1.500 €) en caso de revacunación para estas categorías. Tras esta
decisión de vacunación obligatoria, el Comité Permanente del Congreso propuso
dos medidas adicionales: (i) ampliar la oferta de vacunas para que la población
pueda elegir entre vacunas de ARNm y vacunas inactivadas, lo que podría
convencer a más personas para que se vacunen, (ii) realizar una Campaña de vacunación
muy activa y dinámica con una estrecha colaboración entre comunidades e
instituciones. En este territorio la tasa de incidencia de infecciones es
cercana a cero y no tiene ingresados en UCI desde el 2 de septiembre. Los
países francófonos siempre observan las medidas establecidas en Nueva Caledonia
y las medidas de restricción marcadas en Francia. Otros pocos países como
Tayikistán y Turkmenistán, así como el Vaticano han adoptado medidas de vacunación
obligatoria. Se incrementarán las restricciones en todos los países.
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