COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (LXXX): MODELOS DE
CONVIVENCIA CON LA COVID-19 (64), publicado en Nordesía, dominical Diario de Ferrol, publicado el 17 de octubre 2021
Carlos Piñeiro Diaz, médico de familia. Magister en Salud
Pública. Divulgador científico
La sociedad ha
aprendido a convivir con la COVID-19, tras haber pasado un período de
confinamiento y haber adoptado medidas como el uso de las mascarillas, el
distanciamiento físico y el lavado de manos, pero no parece suficiente. Nuevos
modelos de convivencia se han convertido en reto, incluso limitándose derechos
básicos con el objetivo de controlar la enfermedad. Tasas de incidencia
valoradas con optimismo y relajación restrictiva hacia la normalidad.
En España, tras cinco
millones de casos notificados en España y con una tasa de vacunación completa
del 87,8% de la población diana, han fallecido 87.000 personas. El país está
bajando sus tasas de contagio, pasando a “riesgo bajo” por presentar cifras
inferiores a 40 casos por cada 100.000 habitantes. La vida de la ciudadanía
está comenzando a valorarse como dentro de la normalidad pre pandémica, pero
muchas personas sienten el temor pasado durante las olas de COVID-19 y el miedo
y la inquietud ha pasado a ser lo que se denomina “ansiedad post pandémica”. Sigue
presente la evidencia de los datos nefastos donde el mundo ha perdido cuatro
millones de personas y se ha generado una crisis económico social devastadora.
Los CDC (Centros de Prevención de Enfermedades) de Estados Unidos han
encontrado que el 42% de los estadounidenses sufría depresión o ansiedad a
finales del 2020 y muchas personas son cautas a la hora de abandonar los
comportamientos preventivos ante la enfermedad. La burbuja pandémica en la que
hemos vivido se va desvaneciendo ante reencuentros con los familiares, el
contacto con amigos y amigas y la progresiva relajación de las medidas
restrictivas sufridas durante más de un año y medio. La respuesta es diferente
en cada país y también en este tema adaptativo de la colectividad los expertos
difieren en sus recomendaciones y más aún los políticos.
Después de la
vacunación completa, a la población le gustaría volver a algo parecido a la
vida normal, pero se sigue recomendando el uso de la mascarilla para
determinados momentos, el distanciamiento social y la higiene de manos
adecuada. Los científicos comentan sobre la necesidad de disponer de más
información sobre si estar vacunado o vacunada, evita ser portador o portadora
del virus y que se pueda transmitir a otras personas. La predicción de los expertos
es que la población tendrá que aprender a convivir con el virus, igual que con
otras enfermedades, viviendo a diario con un patógeno común que podrá ser
controlado con vacunas y medicamentos, poniendo como ejemplo la enfermedad
vírica que provoca la gripe. El virus de la gripe cambia cada año, presenta
mutaciones y por eso hay que vacunarse cada año con una vacuna triple vírica
que va a mejorar la respuesta inmunitaria ante los virus de la gripe cada año.
De ahí la importancia que tiene la vacunación masiva de la población,
contribuyendo a disminuir las mutaciones del virus de la gripe. La preocupación
científica está en las personas que no se vacunan porque va a permitir la
evolución del virus en circulación y puede comprometer le eficacia de las vacunas.
En varios países se
ha puesto en marcha la exigencia del pase sanitario en el ámbito empresarial,
medida que ha ocasionado protestas en algunas ciudades como en Génova, Italia,
donde se ha iniciado el 15 de octubre la fecha de entrada en vigor del certificado
anti Covid en el lugar de trabajo. Aunque se temía una parálisis laboral por la
medida, ha sido aceptada con reticencias en la casi totalidad de Italia. El
pase verde “Green Pass” sigue adelante en el mundo laboral italiano. En Estados Unidos también se ha exigido el
pasaporte COVID en empresas norteamericanas, donde más de 800 trabajadores con
funciones de cara al público, en Boston, han sido suspendidos de salario
después de incumplir la fecha límite para vacunarse o rechazar la realización de
pruebas de COVID-19 con regularidad. Los museos estadounidenses también
solicitarán la prueba de vacunación para las visitas del público. Las medidas
anti-COVID difieren según los Estados. El certificado europeo COVID-19 se exige
en 21 países para acceder a conciertos, espectáculos, encuentros deportivos,
bodas, bares o piscinas. Cada país dispone de medidas y restricciones propias.
Según la ONG
internacional dedicada a la defensa, investigación y promoción de los derechos
humanos, la “Human Rights Watch”, 83 gobiernos de todo el mundo han usado la
pandemia de COVID-19 para justificar violaciones al ejercicio de la libertad de
expresión y de reunión pacífica. Las autoridades han atacado, detenido,
procesado y, en algunos casos, asesinado a críticos, dispersado protestas
pacíficas, cerrado medios de comunicación y promulgado leyes imprecisas para
criminalizar expresiones que, según sostienen, amenazan la salud pública. Las
víctimas incluyen a periodistas, activistas, trabajadores de la salud, grupos políticos
de oposición y otros actores que han criticado la respuesta de esos gobiernos
al coronavirus. Sobre todo, acciones represivas ante profesionales o personas
que criticaron la respuesta de las autoridades a la COVID-19, como la carencia
de fondos suficientes para la atención sanitaria, las medidas de confinamiento
o la escasez de mascarillas y guantes para los trabajadores sanitarios. Se han
extendido los abusos a periodistas, blogueros y otras personas que realizan
publicaciones en línea; figuras y activistas opositores; manifestantes;
académicos; trabajadores de la salud; estudiantes; abogados; caricaturistas, y
artistas. En Brasil se ha llevado a cabo un estudio de un medicamento
antiCOVID-19, provocando 200 muertes y habiendo vulnerado las normas éticas establecidas,
con pacientes ingresados en hospitales privados y sin su consentimiento.
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