COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (LXXIII): MODELOS
DE CONVIVENCIA CON LA COVID-19 (62) Publicado en Nordesía, dominical Diario de Ferrol el 3 de octubre 2021
Carlos Piñeiro Diaz, médico de familia. Magister en Salud
Pública. Divulgador científico
La sociedad ha
aprendido a convivir con la COVID-19, tras haber pasado un período de
confinamiento y haber adoptado medidas como el uso de las mascarillas, el
distanciamiento físico y el lavado de manos, pero no parece suficiente. Nuevos
modelos de convivencia se han convertido en reto, incluso limitándose derechos
básicos con el objetivo de controlar la enfermedad. Avanza la tercera dosis y
la nueva normalidad será con pasaporte COVID-19.
La Asociación
Estadounidense del Corazón ha emitido un informe relacionado con los refuerzos
de la vacuna COVID-19 sobre lo que deben saber los pacientes con problemas
cardíacos y accidentes cerebrovasculares, considerando que las vacunas ofrecen
protección contra enfermedades potencialmente mortales causadas por el coronavirus
a personas que padecen enfermedades cardiovasculares y una dosis de refuerzo
podría contribuir a esa protección. En España no se contempla prioritaria esta
opción.
Los Centros para el
Control y Prevención de Enfermedades (CDC) establecen la política sobre el uso de vacunas
en Estados Unidos y recomiendan vacunas de refuerzo de Pfizer para varios
grupos hace dos semanas. Personas de 65 años o más; residentes en entornos de
cuidados a largo plazo y las personas de 50 años o más con afecciones médicas
subyacentes, las cuales deben recibir un refuerzo al menos seis meses después
de sus dosis iniciales de la vacuna. Las personas de 18 a 49 años con
afecciones médicas subyacentes y los adultos de 18 a 64 años con mayor riesgo
de exposición y transmisión de COVID-19 debido a su trabajo o al lugar donde residen,
como un refugio para personas sin hogar, pueden recibir una dosis de refuerzo
de Pfizer al menos seis meses después de sus dosis de vacunas iniciales. Los
datos muestran que las vacunas COVID-19 pueden volverse menos efectivas para
prevenir infecciones con el tiempo, pero las vacunas siguen siendo eficaces
para prevenir enfermedades graves y la muerte tras una infección.
Las personas con
accidente cerebrovascular y afecciones cardiacas, como enfermedad de las
arterias coronarias, insuficiencia cardiaca o miocardiopatía (inflamación del
músculo cardiaco) tienen un mayor riesgo de sufrir una enfermedad grave por
COVID-19. Los factores subyacentes que aumentan el riesgo en la enfermedad
cardiaca y accidente cerebrovascular como la obesidad, la diabetes, la presión
arterial alta y el tabaquismo, también pueden aumentar el riesgo de enfermarse
gravemente por COVID-19.
El debate jurídico
relacionado con la COVID-19 se ha establecido con la decisión del Tribunal
Supremo al fallar a favor de la demanda de la Xunta de Galicia sobre la
exigencia del pasaporte COVID en el ocio nocturno y en la hostelería. El
Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha autorizado a la Xunta a
incluir en las normas del protocolo de ocio nocturno la exigencia del pasaporte
COVID de vacunación, o prueba negativa o ratificación de haber superado la
enfermedad como máximo seis meses antes. Este requisito solo se incorpora en
aquellos establecimientos que opten por el máximo nivel de seguridad y que
podrán abrir hasta las 4 de la madrugada con un 75 por ciento de aforo. Los
magistrados argumentan que la medida está justificada por tratarse de espacios
cerrados en los que se establecen contactos próximos y prolongados, con escasez
de renovación del aire y que además en algún momento es necesario retirar la
mascarilla.
La pandemia
evoluciona hacia una nueva fase en algunos países, la de infección endémica, la
de la convivencia con el virus. Esto no ocurrirá en los países que no han
tenido la oportunidad de alcanzar una tasa de vacunaciones elevada y que
económicamente no pueden abordar esos objetivos, aumentando la brecha de
desigualdad entre países. Las tasas de infección por 100.000 habitantes
disminuyen y conduce a la denominada nueva normalidad, donde muchas personas
dejan de mantener la distancia social y el uso de la mascarilla, olvidándose
del enorme impacto de la pandemia de la COVID-19 en la pérdida de vidas
humanas. Estados Unidos, Bélgica y España sufren las mayores consecuencias por
el intenso efecto de las infecciones sufridas en las diferentes oleadas de la
pandemia COVID-19. Afortunadamente España roza ya el techo de vacunados,
próximo al 90% de la población diana, pero el drama humano ha sido de gran
intensidad. Según las encuestas, un 4% de negacionistas no acudirán a
vacunarse, de ahí la lenta progresión de vacunaciones en la actualidad.
En Israel, en marzo
de 2021, más de la mitad de la población había recibido dos dosis de la vacuna
de ARN mensajero anti-COVID de Pfizer-BioNtech. La consecuencia ha sido una
notable disminución en la incidencia de infecciones, pasando de 900 casos por
millón por día a mediados de enero de 2021 a menos de 2 casos por millón por
día en junio de 2021. Los datos recopilados confirman que la tasa de infección
es menor para los pacientes que recibieron el refuerzo, en un factor de 11,3. La
tasa de infecciones graves también es más baja en este grupo, reducida en un
factor de 19,5, o una diferencia de 7,5 casos graves por 100.000 días-persona.
La aparición de variantes del virus ha llevado a la recomendación de la tercera
dosis de vacuna por las reinfecciones aparecidas y se ha confirmado que la tasa
de infección es menor para los pacientes que recibieron el refuerzo y en la
actualidad se recomienda la dosis de refuerzo a todas las personas mayores de
12 años. Se sigue confirmando que la
vacunación es imprescindible y que deben continuar las medidas de prevención.
La Asociación
Estadounidense del Corazón ha emitido un informe relacionado con los refuerzos
de la vacuna COVID-19 sobre lo que deben saber los pacientes con problemas
cardíacos y accidentes cerebrovasculares, considerando que las vacunas ofrecen
protección contra enfermedades potencialmente mortales causadas por el coronavirus
a personas que padecen enfermedades cardiovasculares y una dosis de refuerzo
podría contribuir a esa protección. En España no se contempla prioritaria esta
opción.
Los Centros para el
Control y Prevención de Enfermedades (CDC) establecen la política sobre el uso de vacunas
en Estados Unidos y recomiendan vacunas de refuerzo de Pfizer para varios
grupos hace dos semanas. Personas de 65 años o más; residentes en entornos de
cuidados a largo plazo y las personas de 50 años o más con afecciones médicas
subyacentes, las cuales deben recibir un refuerzo al menos seis meses después
de sus dosis iniciales de la vacuna. Las personas de 18 a 49 años con
afecciones médicas subyacentes y los adultos de 18 a 64 años con mayor riesgo
de exposición y transmisión de COVID-19 debido a su trabajo o al lugar donde residen,
como un refugio para personas sin hogar, pueden recibir una dosis de refuerzo
de Pfizer al menos seis meses después de sus dosis de vacunas iniciales. Los
datos muestran que las vacunas COVID-19 pueden volverse menos efectivas para
prevenir infecciones con el tiempo, pero las vacunas siguen siendo eficaces
para prevenir enfermedades graves y la muerte tras una infección.
Las personas con
accidente cerebrovascular y afecciones cardiacas, como enfermedad de las
arterias coronarias, insuficiencia cardiaca o miocardiopatía (inflamación del
músculo cardiaco) tienen un mayor riesgo de sufrir una enfermedad grave por
COVID-19. Los factores subyacentes que aumentan el riesgo en la enfermedad
cardiaca y accidente cerebrovascular como la obesidad, la diabetes, la presión
arterial alta y el tabaquismo, también pueden aumentar el riesgo de enfermarse
gravemente por COVID-19.
El debate jurídico
relacionado con la COVID-19 se ha establecido con la decisión del Tribunal
Supremo al fallar a favor de la demanda de la Xunta de Galicia sobre la
exigencia del pasaporte COVID en el ocio nocturno y en la hostelería. El
Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha autorizado a la Xunta a
incluir en las normas del protocolo de ocio nocturno la exigencia del pasaporte
COVID de vacunación, o prueba negativa o ratificación de haber superado la
enfermedad como máximo seis meses antes. Este requisito solo se incorpora en
aquellos establecimientos que opten por el máximo nivel de seguridad y que
podrán abrir hasta las 4 de la madrugada con un 75 por ciento de aforo. Los
magistrados argumentan que la medida está justificada por tratarse de espacios
cerrados en los que se establecen contactos próximos y prolongados, con escasez
de renovación del aire y que además en algún momento es necesario retirar la
mascarilla.
La pandemia
evoluciona hacia una nueva fase en algunos países, la de infección endémica, la
de la convivencia con el virus. Esto no ocurrirá en los países que no han
tenido la oportunidad de alcanzar una tasa de vacunaciones elevada y que
económicamente no pueden abordar esos objetivos, aumentando la brecha de
desigualdad entre países. Las tasas de infección por 100.000 habitantes
disminuyen y conduce a la denominada nueva normalidad, donde muchas personas
dejan de mantener la distancia social y el uso de la mascarilla, olvidándose
del enorme impacto de la pandemia de la COVID-19 en la pérdida de vidas
humanas. Estados Unidos, Bélgica y España sufren las mayores consecuencias por
el intenso efecto de las infecciones sufridas en las diferentes oleadas de la
pandemia COVID-19. Afortunadamente España roza ya el techo de vacunados,
próximo al 90% de la población diana, pero el drama humano ha sido de gran
intensidad. Según las encuestas, un 4% de negacionistas no acudirán a
vacunarse, de ahí la lenta progresión de vacunaciones en la actualidad.
En Israel, en marzo
de 2021, más de la mitad de la población había recibido dos dosis de la vacuna
de ARN mensajero anti-COVID de Pfizer-BioNtech. La consecuencia ha sido una
notable disminución en la incidencia de infecciones, pasando de 900 casos por
millón por día a mediados de enero de 2021 a menos de 2 casos por millón por
día en junio de 2021. Los datos recopilados confirman que la tasa de infección
es menor para los pacientes que recibieron el refuerzo, en un factor de 11,3. La
tasa de infecciones graves también es más baja en este grupo, reducida en un
factor de 19,5, o una diferencia de 7,5 casos graves por 100.000 días-persona.
La aparición de variantes del virus ha llevado a la recomendación de la tercera
dosis de vacuna por las reinfecciones aparecidas y se ha confirmado que la tasa
de infección es menor para los pacientes que recibieron el refuerzo y en la
actualidad se recomienda la dosis de refuerzo a todas las personas mayores de
12 años. Se sigue confirmando que la
vacunación es imprescindible y que deben continuar las medidas de prevención.
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