miércoles, 22 de diciembre de 2021

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (LXXIII): MODELOS DE CONVIVENCIA CON LA COVID-19 (62)

 


COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (LXXIII): MODELOS DE CONVIVENCIA CON LA COVID-19 (62) Publicado en Nordesía, dominical Diario de Ferrol el 3 de octubre 2021

Carlos Piñeiro Diaz, médico de familia. Magister en Salud Pública. Divulgador científico

 La sociedad ha aprendido a convivir con la COVID-19, tras haber pasado un período de confinamiento y haber adoptado medidas como el uso de las mascarillas, el distanciamiento físico y el lavado de manos, pero no parece suficiente. Nuevos modelos de convivencia se han convertido en reto, incluso limitándose derechos básicos con el objetivo de controlar la enfermedad. Avanza la tercera dosis y la nueva normalidad será con pasaporte COVID-19.

 La Asociación Estadounidense del Corazón ha emitido un informe relacionado con los refuerzos de la vacuna COVID-19 sobre lo que deben saber los pacientes con problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares, considerando que las vacunas ofrecen protección contra enfermedades potencialmente mortales causadas por el coronavirus a personas que padecen enfermedades cardiovasculares y una dosis de refuerzo podría contribuir a esa protección. En España no se contempla prioritaria esta opción.

 Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC)  establecen la política sobre el uso de vacunas en Estados Unidos y recomiendan vacunas de refuerzo de Pfizer para varios grupos hace dos semanas. Personas de 65 años o más; residentes en entornos de cuidados a largo plazo y las personas de 50 años o más con afecciones médicas subyacentes, las cuales deben recibir un refuerzo al menos seis meses después de sus dosis iniciales de la vacuna. Las personas de 18 a 49 años con afecciones médicas subyacentes y los adultos de 18 a 64 años con mayor riesgo de exposición y transmisión de COVID-19 debido a su trabajo o al lugar donde residen, como un refugio para personas sin hogar, pueden recibir una dosis de refuerzo de Pfizer al menos seis meses después de sus dosis de vacunas iniciales. Los datos muestran que las vacunas COVID-19 pueden volverse menos efectivas para prevenir infecciones con el tiempo, pero las vacunas siguen siendo eficaces para prevenir enfermedades graves y la muerte tras una infección.

 Las personas con accidente cerebrovascular y afecciones cardiacas, como enfermedad de las arterias coronarias, insuficiencia cardiaca o miocardiopatía (inflamación del músculo cardiaco) tienen un mayor riesgo de sufrir una enfermedad grave por COVID-19. Los factores subyacentes que aumentan el riesgo en la enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular como la obesidad, la diabetes, la presión arterial alta y el tabaquismo, también pueden aumentar el riesgo de enfermarse gravemente por COVID-19.

  El debate jurídico relacionado con la COVID-19 se ha establecido con la decisión del Tribunal Supremo al fallar a favor de la demanda de la Xunta de Galicia sobre la exigencia del pasaporte COVID en el ocio nocturno y en la hostelería. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha autorizado a la Xunta a incluir en las normas del protocolo de ocio nocturno la exigencia del pasaporte COVID de vacunación, o prueba negativa o ratificación de haber superado la enfermedad como máximo seis meses antes. Este requisito solo se incorpora en aquellos establecimientos que opten por el máximo nivel de seguridad y que podrán abrir hasta las 4 de la madrugada con un 75 por ciento de aforo. Los magistrados argumentan que la medida está justificada por tratarse de espacios cerrados en los que se establecen contactos próximos y prolongados, con escasez de renovación del aire y que además en algún momento es necesario retirar la mascarilla.



 La pandemia evoluciona hacia una nueva fase en algunos países, la de infección endémica, la de la convivencia con el virus. Esto no ocurrirá en los países que no han tenido la oportunidad de alcanzar una tasa de vacunaciones elevada y que económicamente no pueden abordar esos objetivos, aumentando la brecha de desigualdad entre países. Las tasas de infección por 100.000 habitantes disminuyen y conduce a la denominada nueva normalidad, donde muchas personas dejan de mantener la distancia social y el uso de la mascarilla, olvidándose del enorme impacto de la pandemia de la COVID-19 en la pérdida de vidas humanas. Estados Unidos, Bélgica y España sufren las mayores consecuencias por el intenso efecto de las infecciones sufridas en las diferentes oleadas de la pandemia COVID-19. Afortunadamente España roza ya el techo de vacunados, próximo al 90% de la población diana, pero el drama humano ha sido de gran intensidad. Según las encuestas, un 4% de negacionistas no acudirán a vacunarse, de ahí la lenta progresión de vacunaciones en la actualidad.

 En Israel, en marzo de 2021, más de la mitad de la población había recibido dos dosis de la vacuna de ARN mensajero anti-COVID de Pfizer-BioNtech. La consecuencia ha sido una notable disminución en la incidencia de infecciones, pasando de 900 casos por millón por día a mediados de enero de 2021 a menos de 2 casos por millón por día en junio de 2021. Los datos recopilados confirman que la tasa de infección es menor para los pacientes que recibieron el refuerzo, en un factor de 11,3. La tasa de infecciones graves también es más baja en este grupo, reducida en un factor de 19,5, o una diferencia de 7,5 casos graves por 100.000 días-persona.  La aparición de variantes del virus ha llevado a la recomendación de la tercera dosis de vacuna por las reinfecciones aparecidas y se ha confirmado que la tasa de infección es menor para los pacientes que recibieron el refuerzo y en la actualidad se recomienda la dosis de refuerzo a todas las personas mayores de 12 años.  Se sigue confirmando que la vacunación es imprescindible y que deben continuar las medidas de prevención.

  La sociedad ha aprendido a convivir con la COVID-19, tras haber pasado un período de confinamiento y haber adoptado medidas como el uso de las mascarillas, el distanciamiento físico y el lavado de manos, pero no parece suficiente. Nuevos modelos de convivencia se han convertido en reto, incluso limitándose derechos básicos con el objetivo de controlar la enfermedad. Avanza la tercera dosis y la nueva normalidad será con pasaporte COVID-19.

 La Asociación Estadounidense del Corazón ha emitido un informe relacionado con los refuerzos de la vacuna COVID-19 sobre lo que deben saber los pacientes con problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares, considerando que las vacunas ofrecen protección contra enfermedades potencialmente mortales causadas por el coronavirus a personas que padecen enfermedades cardiovasculares y una dosis de refuerzo podría contribuir a esa protección. En España no se contempla prioritaria esta opción.

 Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC)  establecen la política sobre el uso de vacunas en Estados Unidos y recomiendan vacunas de refuerzo de Pfizer para varios grupos hace dos semanas. Personas de 65 años o más; residentes en entornos de cuidados a largo plazo y las personas de 50 años o más con afecciones médicas subyacentes, las cuales deben recibir un refuerzo al menos seis meses después de sus dosis iniciales de la vacuna. Las personas de 18 a 49 años con afecciones médicas subyacentes y los adultos de 18 a 64 años con mayor riesgo de exposición y transmisión de COVID-19 debido a su trabajo o al lugar donde residen, como un refugio para personas sin hogar, pueden recibir una dosis de refuerzo de Pfizer al menos seis meses después de sus dosis de vacunas iniciales. Los datos muestran que las vacunas COVID-19 pueden volverse menos efectivas para prevenir infecciones con el tiempo, pero las vacunas siguen siendo eficaces para prevenir enfermedades graves y la muerte tras una infección.

 Las personas con accidente cerebrovascular y afecciones cardiacas, como enfermedad de las arterias coronarias, insuficiencia cardiaca o miocardiopatía (inflamación del músculo cardiaco) tienen un mayor riesgo de sufrir una enfermedad grave por COVID-19. Los factores subyacentes que aumentan el riesgo en la enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular como la obesidad, la diabetes, la presión arterial alta y el tabaquismo, también pueden aumentar el riesgo de enfermarse gravemente por COVID-19.

  El debate jurídico relacionado con la COVID-19 se ha establecido con la decisión del Tribunal Supremo al fallar a favor de la demanda de la Xunta de Galicia sobre la exigencia del pasaporte COVID en el ocio nocturno y en la hostelería. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha autorizado a la Xunta a incluir en las normas del protocolo de ocio nocturno la exigencia del pasaporte COVID de vacunación, o prueba negativa o ratificación de haber superado la enfermedad como máximo seis meses antes. Este requisito solo se incorpora en aquellos establecimientos que opten por el máximo nivel de seguridad y que podrán abrir hasta las 4 de la madrugada con un 75 por ciento de aforo. Los magistrados argumentan que la medida está justificada por tratarse de espacios cerrados en los que se establecen contactos próximos y prolongados, con escasez de renovación del aire y que además en algún momento es necesario retirar la mascarilla.

 La pandemia evoluciona hacia una nueva fase en algunos países, la de infección endémica, la de la convivencia con el virus. Esto no ocurrirá en los países que no han tenido la oportunidad de alcanzar una tasa de vacunaciones elevada y que económicamente no pueden abordar esos objetivos, aumentando la brecha de desigualdad entre países. Las tasas de infección por 100.000 habitantes disminuyen y conduce a la denominada nueva normalidad, donde muchas personas dejan de mantener la distancia social y el uso de la mascarilla, olvidándose del enorme impacto de la pandemia de la COVID-19 en la pérdida de vidas humanas. Estados Unidos, Bélgica y España sufren las mayores consecuencias por el intenso efecto de las infecciones sufridas en las diferentes oleadas de la pandemia COVID-19. Afortunadamente España roza ya el techo de vacunados, próximo al 90% de la población diana, pero el drama humano ha sido de gran intensidad. Según las encuestas, un 4% de negacionistas no acudirán a vacunarse, de ahí la lenta progresión de vacunaciones en la actualidad.

 En Israel, en marzo de 2021, más de la mitad de la población había recibido dos dosis de la vacuna de ARN mensajero anti-COVID de Pfizer-BioNtech. La consecuencia ha sido una notable disminución en la incidencia de infecciones, pasando de 900 casos por millón por día a mediados de enero de 2021 a menos de 2 casos por millón por día en junio de 2021. Los datos recopilados confirman que la tasa de infección es menor para los pacientes que recibieron el refuerzo, en un factor de 11,3. La tasa de infecciones graves también es más baja en este grupo, reducida en un factor de 19,5, o una diferencia de 7,5 casos graves por 100.000 días-persona.  La aparición de variantes del virus ha llevado a la recomendación de la tercera dosis de vacuna por las reinfecciones aparecidas y se ha confirmado que la tasa de infección es menor para los pacientes que recibieron el refuerzo y en la actualidad se recomienda la dosis de refuerzo a todas las personas mayores de 12 años.  Se sigue confirmando que la vacunación es imprescindible y que deben continuar las medidas de prevención.

 


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