COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (LXVIII): MODELOS DE CONVIVENCIA CON LA COVID-19 (57) Publicado en Nordesía, dominical de Diario de Ferrol. 29/08/2021
Carlos Piñeiro Diaz, médico de familia. Magister en Salud
Pública. Divulgador científico
La sociedad ha
aprendido a convivir con la COVID-19, tras haber pasado un período de
confinamiento y haber adoptado medidas como el uso de las mascarillas, el
distanciamiento físico y el lavado de manos, pero no parece suficiente. Nuevos
modelos de convivencia se han convertido en reto, incluso limitándose derechos
básicos con el objetivo social de controlar la enfermedad. Tercera dosis para
personas frágiles inicialmente y se ampliará su administración.
La variante Delta del
coronavirus de la COVID-19 está condicionando la respuesta de los países y sus
previsiones de futuro en relación con la tercera dosis de personas con
vacunación completa, así como los estudios iniciales de efectividad de la
vacunación y la disminución inmunológica de las defensas del organismo respecto
al virus. Un estudio publicado recientemente por los CDC ( Centros para el
control y prevención de enfermedades de Estados Unidos) sobre la efectividad de
las vacunas COVID-19 para prevenir la infección por SARS-CoV-2 entre los
trabajadores de primera línea antes y durante el predominio de la variante
delta, ha evaluado la caída de efectividad de la vacuna ARN mensajero (Pfizer)
frente a la infección por la variante delta pasando de un 91% a un 66% en
estimaciones desde diciembre de 2020 a agosto de 2021. En otro estudio
realizado en la misma horquilla de tiempo, en California, se valoró que la
efectividad de la vacuna frente a la variante delta caería del 93% (durante el
primer mes después de la vacunación completa) al 53% (a partir del cuarto mes
tras vacunarse), publicado en la revista científica The Lancet. La noticia
favorable es que permanece constante en el 93% de efectividad frente a la
hospitalización. El impacto mediático de la tercera dosis se ha generalizado en
los países más ricos y septiembre será un mes propicio para despliegues más
amplios. Periódicos de gran prestigio económico y rigor en el mundo, como The
Wall Street Journal y el Financial Times, pronostican el protagonismo futuro de
la tercera dosis. El primer periódico refiere que la Administración Biden es
probable que apruebe la tercera dosis a partir de los seis meses después de la
dosis anterior y el Financial Times especifica que los asesores de vacunas del
Reino Unido solicitarán un programa de refuerzo para personas con sistemas
inmunitarios debilitados y después a los mayores de 70 años. En España, a la
espera de la decisión de los expertos, parece que va por el mismo camino y los
políticos autonómicos se apresuran con afirmaciones que corroboran tal
posibilidad.
La semana pasada la
FDA (La Agencia de Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados
Unidos) aprobó la tercera dosis para pacientes inmunodeprimidos, alrededor de
un 3% de la población adulta norteamericana. Pfizer-BioNTech han solicitado la
autorización de su vacuna COVID-19 con nuevo nombre, Corminaty, para la
aplicación de la tercera dosis a la FDA.
Lo que parece claro
es que alcanzar el 70% de vacunados en la población ante la COVID-19 no es
suficiente para evitar la infección por el coronavirus SARS-CoV-2. En Islandia
se ha alcanzado el 71% y un 84% de mayores de 12 años de cobertura vacunal y
España lleva camino de alcanzar el 70%, pero las infecciones por variante delta
aumentan, aunque no ocurre lo mismo con los fallecimientos. El virus está
evolucionando de forma permanente y genera nuevas evidencias. Se transmite
principalmente entre personas, cuando una persona infectada está en contacto
cercano y depende de la cantidad de virus viable que se esté diseminando y sea
expulsado por una persona, el tipo de contacto que se tiene con otras personas
y el entorno. El virus se puede propagar de la boca o la nariz de una persona
infectada en pequeñas partículas líquidas cuando la persona tose, estornuda,
canta, respira con dificultad o habla. Las medidas de distanciamiento social,
el uso de la mascarilla y la limitación de tiempo en lugares poco ventilados
son fundamentales.
La Organización
Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un libro sobre la “Hoja de ruta para
mejorar y asegurar buena ventilación interior en el contexto de COVID-19”, que
resultaría muy interesante su difusión para evitar falsas noticias cuando se
evalúa la contaminación en espacios interiores con ventilación inadecuada. El
documento establece objetivos y medidas específicas que las empresas y otros
establecimientos pueden adoptar para mejorar la ventilación y hacer que los
edificios sean más seguros. Comprender y controlar la ventilación del edificio
puede mejorar la calidad del aire que respiramos y reducir el riesgo de problemas
de salud en interiores, incluido evitar que el virus que causa COVID-19 se
propague en el interior. Esta hoja de ruta tiene como objetivo definir las
preguntas clave que los usuarios deben considerar para evaluar la ventilación
interior y los principales pasos necesarios para alcanzar los niveles de
ventilación recomendados o simplemente mejorar la calidad del aire interior
(IAQ) con el fin de reducir el riesgo de propagación de COVID-19. También
incluye recomendaciones sobre cómo evaluar y medir los diferentes parámetros,
específicamente en entornos sanitarios, no residenciales y residenciales,
siempre que una persona se encuentre bajo cuidados domiciliarios o en
cuarentena domiciliaria.
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