miércoles, 6 de mayo de 2020

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(VI): DESCONFINAMIENTO 2


COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (VI): DESCONFINAMIENTO 2 Publicado en Diario de Ferrol, dominical Nordesía 03-05-2020. Página 12/24. 36


COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (VI): DESCONFINAMIENTO 2
Carlos Piñeiro Diaz, médico del centro de salud de Narón. Magister Salud Pública
Se inicia la octava semana de confinamiento en España y se abre la puerta de la desescalada gradual, cuando no existe una guía predefinida en ninguna parte del mundo sobre las medidas a adoptar ante la crisis sociosanitaria del COVID-19. La reducción parcial de medidas de contención en la infancia pone a prueba los miedos de la sociedad ante lo más vulnerable.
 La semana anterior nos ha mostrado a epidemiólogos, periodistas, políticos y tertulianos debatiendo sobre el aplanamiento de las curvas epidémicas, con datos estimativos de personas infectadas, ingresadas en hospitales y fallecidas. A medida que avanza la pandemia, los gobiernos modifican sus orientaciones en función de las demandas de su economía, el sentir general de la población y los costes políticos de sus decisiones. Continua la ausencia de coordinación de las múltiples administraciones en búsqueda de la vacuna, tratamientos salvadores y se ponen en marcha diferentes medidas de desconfinamiento, intentando mostrar quién tiene la mente más preclara. Hasta, se compite en decir barbaridades, como ha hecho el presidente Trump, de Estados Unidos, recomendando la inyección de desinfectantes e incrementando el número de sus seguidores con intoxicación.
 El miedo desproporcionado al coronavirus puede conducir a una modificación del comportamiento familiar, como la limpieza excesiva de la casa y el mal uso de los productos de limpieza para la higiene personal o la limpieza de los alimentos. Por ello, hay que insistir en no extremar las medidas por el hecho de salir los niños y las niñas a la calle de paseo, pero sí cumplir con exigencia las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
  Los niños confinados en el hogar tendrán dificultades para alcanzar las pautas de comportamiento de movimiento de 24 horas de la OMS que recomiendan 60 minutos diarios de actividad física moderada a vigorosa para niños de 5 a 17 años. Se ha decido iniciar la vuelta a las calles de los niños y de las niñas, con la apertura escalonada del confinamiento de la población infantil y juvenil. Los niños pueden transmitir la enfermedad, según la Asociación Española de Pediatría, porque son grandes transmisores de virus respiratorios, de ahí la importancia de mantener el distanciamiento social de 1 a 2 metros, así como lavar las manos con agua y jabón todas las veces que sean necesarias.

 Pautas recomendables: explicar que van a salir, por qué y salir ordenadamente. 1 hora, alrededor de su domicilio, correr, saltar y acompañado de medidas de higiene y de aislamiento, manteniendo el distanciamiento social.
¿Dónde? En las proximidades de su domicilio, hasta 1 kilómetro de distancia. No puede dirigirse a tocar o abrazar a otros niños o niñas, ni acudir a jugar a un parque infantil. En zonas rurales o en proximidad de bosques, pueden ir a caminar manteniendo el distanciamiento social.
¿Cómo? Manteniendo el distanciamiento social (mínimo 1 metro, hasta 2 metros) y acompañado de una persona adulta, un máximo de 3 niños. Puede salir con un juguete, un patinete o bicicleta. Los juguetes no podrán ser compartidos por otros niños.  Los padres conocen si la tendencia de juego y afectiva del niño es aproximarse sin tomar medidas a otras personas, recomendándose utilizar mascarilla infantil de protección individual o mascarilla higiénica, con normas UNE. En caso de usar mascarilla el adulto acompañante, hay que recordar que la referencia social del niño está en la expresión facial y se le hace difícil leer las señales emocionales de los cuidadores.
¿Cuándo salir? De 9 de la mañana hasta 9 de la tarde.  ¿Cuánto tiempo? 1 hora diaria
La mascarilla higiénica está destinada a niños y niñas, a partir de los 3 años sin síntomas, que no sean susceptibles de utilizar otro tipo de mascarilla filtrante. Las mascarillas higiénicas se han desarrollado para cuatro tallas: niño pequeña, de 3 a 5 años; niño mediana, de 6 a 9 años; niño grande, de 9 a 12 años; adulto, mayor de 12 años.  Los arneses de cabeza para niños deben adaptarse a los percentiles del diámetro de cabeza por edades, siguiendo las normas de colocación de la mascarilla higiénica en niños.  La mascarilla higiénica no exime al usuario de la aplicación de gestos barrera y de las medidas de distanciamiento social, según las recomendaciones del Ministerio de Sanidad. La colocación de la mascarilla ha de seguir las normas UNE (Especificación UNE 0065:2020). Se recomienda colocar la mascarilla sobre la piel desnuda (es decir, sin la presencia de cabello en contacto con la piel del usuario) y respetar los siguientes pasos: 1. Lavarse las manos con agua y jabón o frotarlas con una solución hidroalcohólica antes de manipular la mascarilla 2. Identificar la parte superior de la mascarilla. 3. Posicionar la mascarilla en la cara, a la altura de la nariz. Si se dispone de pinza nasal, ajustarla a la nariz 4. Sostener la mascarilla desde el exterior y sujetar el arnés de cabeza detrás de la misma o a ambos lados de las orejas, sin cruzarlos. 5. Bajar la parte inferior de la mascarilla a la barbilla 6. Verificar que la mascarilla cubre la barbilla 7. Pellizcar la pinza nasal con ambas manos para ajustarla a la nariz (si existe). 8. Verificar que la mascarilla está colocada correctamente. Para esto es necesario verificar el sellado y la ausencia de las molestias respiratorias. 9. Una vez ajustada, no tocar la mascarilla con las manos.  Su colocación y retirada, ha de ser supervisada siempre por un adulto.

lunes, 20 de abril de 2020

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(V): DESCONFINAMIENTO 1

COBERTURA INFORMATIVA PANDEMIAS(V): DESCONFINAMIENTO 1 DIARIO DE FERROL DOMINICAL Página 12- 36






COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (V): DESCONFINAMIENTO 1
Carlos Piñeiro Diaz, médico centro de salud de Narón. Magister Salud Publica
  Iniciamos la sexta semana de confinamiento en España y la tendencia decreciente en el número de casos parece ser compatible con la desaceleración de este, por lo que se recomienda una planificación progresiva de la reducción de medidas de contención. Todos los países quieren reanudar la actividad económica, pero todavía no se disponen de pruebas fehacientes sobre la respuesta inmunitaria de la población ante el COVID-19.
 Para la salida del confinamiento por parte de la población, se propone tener en cuenta a los grupos poblacionales con un mayor riesgo de desarrollar procesos más graves como son las personas mayores de 60 años y pacientes inmunodeprimidos, oncológicos o con factores de riesgo cardiovasculares o respiratorios, de cara a establecer unas recomendaciones específicas, por tratarse de la población de mayor riesgo vital (Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene). En el ámbito poblacional se delimitan las medidas de forma gradual, en cuanto a medidas de protección personal, medidas de distanciamiento social y relativas al ámbito social y laboral. En las informaciones recibidas, destacan la mezcla de datos del ámbito sanitario, sociosanitario y poblacional, incrementando las incertidumbres sobre la actitud a adoptar por parte de la población.
 En todos los países está surgiendo la ansiedad de los políticos para reanudar la actividad económica, pero todavía no se disponen de pruebas fehacientes sobre la respuesta inmunitaria de la población y los pasos definitivos para el desconfinamiento. Se analizan diversos escenarios para la normalización de la vida social y económica, pero el futuro será diferente ante la pandemia sufrida. Habrá que mantener una larga etapa de contención, modulada según las características de cada país, hasta la disponibilidad de una vacuna eficaz.
  Más de la mitad de la población mundial se encuentra actualmente bajo formas estrictas de distanciamiento social. El Consejo Europeo ha presentado una hoja de ruta europea para levantar las medidas de contención del coronavirus COVID-19, teniendo en cuenta la experiencia del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades del Panel Asesor de la Comisión sobre el coronavirus, la experiencia de los Estados Miembros y la orientación de la Organización Mundial de la Salud, en función del conocimiento disponible en la actualidad y supeditado a revisión a medida que aparezca más evidencia. Utiliza tres criterios para evaluar si ha llegado el momento de revertir las medidas de contención: criterios epidemiológicos, que indican una reducción sostenida y estabilización en el número de hospitalizaciones y/o casos nuevos durante un tiempo prolongado; suficiente capacidad del sistema de salud, por ejemplo, en términos de un número adecuado de camas de hospital, productos farmacéuticos y existencias de equipos; capacidad de monitoreo adecuada, incluida la capacidad de prueba a gran escala para detectar y aislar rápidamente a las personas infectadas, así como a la capacidad de seguimiento y localización.
 No existe un enfoque común de los países europeos a la hora de aceptar unos principios comunes de coordinación, respeto y solidaridad entre los Estados Miembros y acción basada en la ciencia, los remedios sociales y económicos.

 Existen hojas de ruta orientativas por órganos colegiados de la Medicina Preventiva y Salud Pública y de epidemiólogos de relevancia a nivel de cada país, incluso en cada Comunidad Autónoma, y con proyección internacional como la OMS. La disparidad existe por un único motivo, la inexistencia de experiencia previa ante un nuevo virus, con un comportamiento infeccioso diferente respecto a virus de epidemias anteriores. Todos reproducen escenarios diversos que pueden ser orientativos, modelizados con simulaciones matemáticas, en función del cumplimiento de los criterios básicos para limitar las medidas de restricción. En general, destaca la persistencia de todas las medidas de protección lo mejor posible, ya que un pequeño cambio del 85% al 80%, producen casi 2000 casos diarios de nuevos casos (según modelización de profesor Fernando Borrás, de la Universidad Miguel Hernández). El desconfinamiento con medidas protectoras preventivas, como lavado de manos, distanciamiento social de 2 metros, mascarillas de protección para toda la población en lugares públicos, confinamiento de jubilados con espacios restringidos de 2 horas (de 10 a 12 de la mañana) para compras únicamente para este colectivo, detección precoz y confinamiento de los positivos, uso de lejía diluida para limpieza del hogar…, todas las medidas son cruciales para salir del confinamiento.
 Un informe del INSERM de Francia, destaca que levantar el bloqueo sin una estrategia de salida establecida, estimando que el nivel de inmunidad de la población es bajo, podría conducir a una situación inevitable de grandes efectos de rebote y riesgo de una segunda ola.
 Cada país establece un proceso de ensayo-error en cuanto a medidas de levantamiento de las restricciones, triangulando las decisiones en función de los ciudadanos, la libertad de su población y las limitaciones económicas (Escuela de Salud Pública de Harvard). Propugnan utilizar el R0, el número efectivo de reproducción, por debajo de 1, como España en la actualidad. Esto significa que por cada contagio del Covid-19 en nuestro país no se genera otro secundario, según Instituto de Salud Carlos III.
La Asociación Española de Pediatría (AEP), a través de su Comité Ejecutivo y su Junta Directiva pide al Gobierno que cuando se determine el fin del confinamiento obligatorio, se priorice "un desescalamiento organizado del confinamiento de niños y adolescentes", manteniendo las salidas controladas y vigiladas por un adulto, el distanciamiento social, las medidas higiénicas y, cuando sea posible, el uso de mascarilla.
 El Covid-19 sigue agitando las costuras de la sociedad.




viernes, 17 de abril de 2020

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(IV): LAVAR LAS MANOS SALVA VIDAS

COBERTURA INFORMATIVA PANDEMIAS(IV): LAVAR LAS MANOS SALVAVIDAS Diario de Ferrol 12-04-2020  Dominical Página 12/24- 36

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (IV):
LAVAR LAS MANOS SALVA VIDAS
Carlos Piñeiro Diaz, médico centro de salud de Narón. Magister Salud Pública
 Nunca hubiéramos imaginado que la actual pandemia, de coronavirus COVID-19, sería retransmitida a diario en todos los formatos informativos posibles, con mapeos actualizados en todo el planeta por las universidades y plataformas informativas más prestigiosas, respirando en el día a día la vida y la muerte de las personas, confinadas en muchos países e incrementándose de forma desmesurada el consumo de información.
 Actualmente, la higiene de las manos es el factor individual más importante para el control de las infecciones. Pero, no siempre fue así. Ignaz Semmelweis, un obstetra húngaro que, a mediados del siglo XIX, precediendo los hallazgos de Pasteur y Lister, logró descubrir la naturaleza infecciosa de la fiebre puerperal, logrando controlar su aparición con una simple medida de antisepsia: el lavado previo de manos antes y después de atender a sus pacientes. Millones de vidas se han salvado, gracias a este descubrimiento. Aún así, la tasa de infección es alta en muchas partes del mundo, a pesar de que la educación sobre higiene y lo recursos de salud están disponibles, por lo que el problema surge de la práctica personal y el comportamiento en la comunidad.

 La higiene de las manos juega un gran papel en la minimización de las infecciones respiratorias agudas. Al evaluar el potencial para reducir la transmisión de las enfermedades infecciosas a través de la práctica de higiene, se reconoce que las manos contaminadas y la falta de práctica de la higiene de manos son los principales contribuyentes. En los últimos años hubo una conciencia real de que las manos y las superficies también pueden ser una ruta de transmisión para los virus de la gripe. El brote del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y las preocupaciones sobre la gripe aviar han aumentado la conciencia sobre el potencial de transmisión de virus respiratorios a través de las manos y las superficies. La evidencia de que medidas como la higiene de las manos pueden reducir la propagación de las infecciones del tracto respiratorio, provienen de los brotes de SARS en Hong Kong, que coincidieron con la última parte de la temporada de influenza (gripe), cuando se observó que, a medida que se llevaban a cabo amplias medidas de salud pública personal y comunitaria, los números de casos de influenza disminuyeron significativamente, más de lo habitual para la época del año.  En el contexto de las dolencias respiratorias epidémicas, como las ocasionadas por el coronavirus COVID-19, aplicar los principios llave básicos de higiene, es necesario para la protección personal y de otras personas contra las dolencias respiratorias infecciosas. Las medidas básicas de higiene son: la higiene de manos, la higiene respiratoria y mantener la distancia (por lo menos un metro, de personas con síntomas respiratorios), evitando el contacto próximo con personas infectadas.
 El lavado de manos ha de realizarse: antes, durante y después, para cocinar; antes y después de la preparación de alimentos; después de sonarse la nariz, toser o estornudar; antes y después de cuidar de alguien; después de tocar en algún animal, en su comida o en residuos de animales; después de tocar en la basura doméstica y después de usar el baño; realizando la higiene de manos antes y después de tocarse en el rostro o en la nariz y después de tocar el picaporte de la puerta exterior del portal del domicilio o tras el uso del ascensor o el pasamanos de la escalera. Debemos recordar que el lavado de manos con agua y jabón salva vidas y que ha de durar el lavado un mínimo de 20 a 30 segundos, en cada ocasión.
  Se ha demostrado científicamente, que la falta de higiene adecuada de las manos es un problema global. Las personas suelen tender a lavarse las manos solo si hay suciedad visible, lo que lleva a enfatizar la importancia de los esfuerzos relacionados con el comportamiento adecuado de higiene de las manos.
 En el caso de las infecciones agudas respiratorias, el material infeccioso también se puede depositar directamente en las manos y los tejidos al estornudar y sonarse la nariz. La contaminación de las manos puede ocurrir al apretar las manos o tocar superficies contaminadas. Los agentes patógenos que se desprenden del medio ambiente desde estas fuentes pueden sobrevivir durante períodos significativos y se propagan fácilmente por el hogar hacia y desde las manos y mediante pañuelos y pañuelos de papel, manijas de puertas y grifos, teléfonos u otras superficies de contacto con las manos. La clave para prevenir la transmisión de infecciones a través de las manos (y otras superficies) es la aplicación de procedimientos efectivos de higiene.
La clave para prevenir la transmisión de infecciones a través de las manos (y otras superficies) es la aplicación de procedimientos efectivos de higiene. La descontaminación de las manos puede llevarse a cabo ya sea mediante el lavado de manos con jabón o mediante el uso de desinfectantes para manos sin agua, que logran una reducción logarítmica de la contaminación bacteriana y viral en las manos mediante la eliminación de la contaminación o matando a los organismos in situ. El impacto en la salud de la higiene de manos dentro de una comunidad determinada puede incrementarse mediante el uso de productos y procedimientos, ya sea solos o en secuencia, que maximicen la reducción logarítmica de bacterias y virus en las manos.
Lavar las manos con agua y jabón, es una excelente oportunidad para controlar la expansión del coronavirus COVID-19.          






lunes, 6 de abril de 2020

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(III): MEDIDAS NO FARMACOLÓGICAS



COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(III); MEDIDAS NO FARMACOLOGICAS DOMINICAL DIARIO DE FERROL, página 11-35, 05.04.2020


COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(III): MEDIDAS NO FARMACOLÓGICAS
Carlos Piñeiro Diaz, médico de centro de salud de Narón. Magister Salud Pública
 Nunca hubiéramos imaginado que la actual pandemia, de coronavirus COVID-19, sería retransmitida a diario en todos los formatos informativos posibles, con mapeos actualizados en todo el planeta por las universidades y plataformas informativas más prestigiosas, respirando en el día a día la vida y la muerte de las personas, confinadas en muchos países e incrementándose de forma desmesurada el consumo de información.

  El impacto global de COVID-19 ha sido profundo, y la amenaza para la salud pública que representa es la más grave en un virus respiratorio desde la pandemia de gripe H1N1 de 1918. Más de 3000 millones de personas permanecen confinadas en sus domicilios,  y sólo observan la tragedia que ocasiona la pandemia del COVID-19 a través de las pantallas, de los medios gráficos y de las ondas informativas, con tiempo para reflexionar sobre las incertidumbres que se están viviendo, las decisiones políticas, los intentos de enmascarar la escasez con argumentos poco científicos, los mensajes que pesan como rocas cuando sólo se enumeran cifras de muertes, de infectados, de ingresados en Unidades de Cuidados Intensivos y de personas dadas de alta. Indagando cómo es posible tanta información diferente entre países y comunidades, con tasas diferentes de letalidad del virus, aparentemente, desde el 0,2 al 7,8%, según las poblaciones y los lugares donde ocurren los hechos fatídicos, con impactantes imágenes de cadáveres trasladados en sus féretros a la puerta de los hospitales. Pero la televisión no supone la ciencia y es exigible que exista un análisis riguroso de lo que está ocurriendo, sobre todo para la adecuada higiene mental de la población.
 Un denominador común en todos los países es la escasez de recursos ante la respuesta a la pandemia y sobre todo en las medidas no farmacológicas para la prevención y el control de infecciones. Llama la atención cómo parecen existir criterios diferentes sobre el uso de las mascarillas faciales de protección personal. Se supone que debería existir un Programa Nacional de Prevención y control de Infecciones (PCI). Según la Organización Mundial de la Salud para el funcionamiento de un programa de PCI es crucial disponer de profesionales capacitados y con una dedicación específica en cada establecimiento de atención de salud para pacientes agudos. El programa de PCI nacional debe asegurar que se disponga de las infraestructuras y los suministros necesarios para permitir la ejecución de las directrices en vigor, la asignación de recursos humanos y económicos.  Es evidente que esto no ha ocurrido en nuestro país ni en las Comunidades Autónomas, en su totalidad, y en otros países afectados, como en Estados Unidos donde su presidente recomienda utilizar bufandas para la protección de la población.
 La dificultad para suministrar máscaras y equipos de protección personal (EPP) ha sido la principal preocupación de los profesionales de la salud. Ya han fallecido cinco médicos y una enfermera en España, así como catorce médicos en Italia, por causa de la contaminación del coronavirus y la mayoría de atención primaria, donde escasean más los dispositivos de protección individual para infecciones. Las estrategias de reserva de máscaras han sido muy limitadas, ante una posible pandemia.
  Las mascarillas quirúrgicas y las máscaras FFP (Filtering Face Piece, un tipo de máscara de protección respiratoria), son las principales medidas de barrera usadas en los centros sanitarios para evitar que, los trabajadores de salud y otras personas (pacientes, visitantes,…) puedan adquirir, a través de su boca y nariz, los gérmenes que colonizan o infectan las mucosas respiratorias de los pacientes y que estos proyectan al exterior (cuando respiran, hablan, tosen o estornudan) en forma de gotitas y/o aerosoles . Las mascarillas quirúrgicas no se consideran Equipos de Protección Individual (EPI). Las mascarillas quirúrgicas Tipo I deben emplearse solo para pacientes y otras personas con el objetivo de reducir el riesgo de que puedan transmitir infecciones, particularmente en situaciones de epidemias o pandemias. Existen tres clases de equipos, ordenados según eficacia filtrante creciente encontramos: FF P1, FF P2 y FF P3. Estos equipos deben estar certificados de acuerdo con el RD 1407/2009 por el que se regulan los EPI, lo que se evidencia con el marcado CE de conformidad. La máscara de protección respiratoria individual (tipo FFP2), es una máscara de filtro, destinada a proteger al usuario contra los riesgos de inhalación., agentes infecciosos que pueden transmitirse por aire. Lo protege también contra el riesgo de transmisión por gotitas. Su duración de protección varía entre tres y ocho horas, pero es difícil de soportar más allá de unas pocas horas. Con este objetivo, las máscaras FFP son un elemento fundamental de las medidas incluidas en las Precauciones de Aislamiento de Enfermedades de Transmisión Aérea (o por aerosoles).
La máscara quirúrgica, tiene una eficiencia de filtración del 80 por ciento o más. Una máscara quirúrgica incluye la fecha de fabricación y la fecha de caducidad. Las máscaras quirúrgicas desechables no utilizadas son válidas durante unos tres años a partir de la fecha de fabricación. Para fines higiénicos, deben reemplazarse cuando se humedezcan. Estas máscaras solo se pueden usar durante un máximo de ocho horas y es mejor reemplazarlas regularmente para que puedan seguir siendo efectivas y seguras de usar. La ratio establecida en Francia, en profesionales sanitarios es de 18 mascarillas/semana mínima.
 Ante la evolución del conocimiento científico frente al COVID-19, que traslada a las personas con infección asintomática como motivo de su alta contagiosidad, se plantea el uso de mascarillas de protección personal en toda la población.




lunes, 30 de marzo de 2020

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE LAS PANDEMIAS II) : DISTANCIAMIENTO SOCIAL


COBERTURA INFORMATIVA SOBRE LAS PANDEMIAS: DISTANCIAMIENTO SOCIAL. Dominical Diario de Ferrol, día 29.03.2020, página 12-36


COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (II): DISTANCIAMIENTO SOCIAL
Carlos Piñeiro Diaz. Médico centro de salud de Narón. Magister Salud Pública
  Nunca hubiéramos imaginado que la actual pandemia, de coronavirus COVID-19, sería retransmitida a diario en todos los formatos informativos posibles, con mapeos actualizados en todo el planeta por las universidades y plataformas informativas más prestigiosas, respirando en el día a día la vida y la muerte de las personas, confinadas en muchos países e incrementándose de forma desmesurada el consumo de información.

 El impacto en la sociedad de las cifras de mortalidad y morbilidad de la enfermedad ocasionada por el coronavirus COVID-19, se sigue a diario, en Galicia y en todo el planeta. El incremento exponencial de los datos contribuye al temor en una población confinada en su domicilio, superadas las dos semanas de distanciamiento social. Por el momento se superan los 600.000 casos conocidos de afectados y se superan más de 30.000 muertes, en la totalidad de los cinco continentes. Más de 3.000 millones de personas están practicando el aislamiento social, con medidas no farmacéuticas ante la pandemia, instauradas de forma no homogénea en los diversos países. Para que se declare el estado de pandemia se tienen que cumplir dos criterios: que el brote epidémico afecte a más de un continente y que los casos de cada país ya no sean importados sino provocados por trasmisión comunitaria.
  Toda la población se encuentra pendiente de vislumbrar cuando acabará la pandemia y los medios informativos recogen las especulaciones matemáticas del pico de la curva de Gauss, de personas afectadas y su aplanamiento inicial, punto de inflexión en el que se supone que la pandemia irá remitiendo. Los científicos van informando sobre el progreso de la infección, de un virus desconocido y aplicando metodologías propias del comportamiento del virus recogida en Wuhan, China.  Los datos de China sugieren que transcurren unas tres semanas entre el momento en que una persona se siente enferma y muere por COVID-19. Y si supone una tasa de letalidad de aproximadamente 1%, un cálculo final sugiere que cada muerte representa aproximadamente 100 casos en la primera semana. En este momento, se puede esperar que la epidemia se duplique cada semana si esos casos no se identifican y aíslan, lo que eleva el cálculo a 400 en el momento de la muerte. Se describe como "aplanar la curva", a extender la tasa de infección para que los sistemas de atención médica no se abrumen y, por lo tanto, estén mejor equipados para tratar a los pacientes. Si no se aplican medidas de control, el número de casos seguirá aumentando exponencialmente, más allá de los números que hemos visto. Los científicos han estimado que el número reproductivo básico de este virus es de alrededor de 2. Eso significa que, sin control, los números de casos se duplicarán, luego se cuadruplicarán, luego serán ocho veces más grandes, y así sucesivamente, duplicándose con cada "generación" de casos.
  Los expertos y los políticos aseguran que lo peor está por venir, por lo cual podemos concluir que por el momento nada está solucionado.  Pero, como siempre ocurre con las pandemias a lo largo de este siglo, se pone de manifiesto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Estados miembros (EM) no estaban plenamente preparados para evaluar con rapidez la gravedad de una epidemia de estas características, requisito para implementar los planes necesarios de gestión de riesgos y comunicación. Se han desarrollado Guías internacionales relacionadas con la pandemia de gripe, donde la gravedad se establece en función de tres indicadores: la transmisibilidad del virus circulante, la gravedad de la enfermedad que produce y su impacto en la población. En cuanto al impacto de la enfermedad, se engloban los efectos de la pandemia a nivel del sector sanitario como de la población general. El impacto se ve influido por las medidas de salud pública que se adopten, por el grado de preocupación de la población y por el comportamiento de las personas afectadas (CNE. ISCIII. Centro Nacional de Epidemiología, Instituto de Salud Carlos III).
 En España, el país invierte solo un 1% en salud pública y por ello estará siempre condenada a sufrir problemas cuando surgen las pandemias. Los recortes económicos sistemáticos desde el año 2008 ponen en evidencia aspectos de precariedad de recursos, que incluso pueden incrementar la exposición a la infección a los profesionales de la salud, disminuyendo la capacidad de respuesta de los servicios sanitarios.
 En la pandemia de gripe de 1918, se establecieron medidas de distanciamiento social y se demostró que fueron efectivas. Los enfoques más exitosos en 1918, Markel encontró en su estudio de 2007 publicado en JAMA (Journal of the American Medical Association) , seguían tres componentes. Primero, llegaron temprano, antes de que la gripe llegara a un punto de inflexión en el que el virus infectase a cierta cantidad de personas y se propase rápidamente. En segundo lugar, fueron sostenidas, duraron hasta que el virus realmente pareció desaparecer. Tercero, no era suficiente decirle a la gente que se quedara en casa, porque podrían sentir la necesidad de ir a la escuela o al trabajo, o simplemente podrían ignorar la orientación e ir a eventos, bares, iglesias u otras grandes reuniones de todos modos. En términos prácticos, esto significaba desaconsejar o prohibir casi todos los aspectos de la vida pública, desde escuelas hasta restaurantes y lugares de entretenimiento (con algunas excepciones para supermercados y farmacias). (New York Times)
 Las medidas de distanciamiento social son fundamentales, mientras…, el virus va remodelando nuestra vida cotidiana. Siempre acudir a información científica y rigurosa.







lunes, 23 de marzo de 2020

COBERTURA INFORMATIVA DE LAS PANDEMIAS(I)

Diario de Ferrol. Dominical Nordesía 22.03.2020, página 14-38 todoSalud
COBERTURA INFORMATIVA SOBRE LAS PANDEMIAS (1)
Carlos Piñeiro Diaz, médico centro de salud de Narón. Magister Salud Pública
 Nunca hubiéramos imaginado que la actual pandemia, de coronavirus COVID-19, sería retransmitida a diario en todos los formatos informativos posibles, con mapeos actualizados en todo el planeta por las universidades y plataformas informativas más prestigiosas, respirando en el día a día la vida y la muerte de las personas, confinadas en muchos países e incrementándose de forma desmesurada el consumo de información.
 A mediados del siglo XIX, surgieron en España las agencias de noticias y de publicidad, utilizando el telégrafo y el ferrocarril para la difusión de las informaciones. En España, el precio del periódico resultaba excesivamente caro para un elevado porcentaje de la población, con más de un 60% de analfabetismo y escaso salario, siendo considerado como un lujo y asequible para la burguesía, compuesta por nobles y clérigos, miembros de la burocracia real, oficiales del ejército y algunos sectores de la clase media como médicos, abogados, profesores y comerciantes (De Gabriel, 1997). Posteriormente los ingresos procedentes de la publicidad permitieron el nacimiento de periódicos más informativos y populares, aumentando sus tiradas aquellos que concedían importancia a la noticia y se vendían a bajo precio.
 En los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, surgieron en Estados Unidos y algunos países de Europa una nueva generación de periódicos del “New Journalism”, como el The World de Joseph Pulitzer, aumentando la publicidad y los ingresos y vendiéndose a bajo precio, ofreciendo a los lectores un buen producto y creciendo su influencia en la sociedad. El New York Times, creó un nuevo modo de hacer periodismo basado en la documentación exhaustiva y el análisis de los hechos.
 Según el New York Times, el virus de la gripe llegó el 11 de agosto de 1918 a bordo del buque noruego Bergensfjord. El barco había comunicado que 10 pasajeros se habían enfermado y tres habían muerto en el mar. El bote fue recibido en el muelle por ambulancias y oficiales de salud, quienes llevaron a los enfermos al Hospital Noruego de Brooklyn. En octubre, la pandemia golpeó con toda su fuerza. El 4 de octubre, los médicos informaron 999 casos nuevos durante las 24 horas anteriores. El 9 de octubre se duplicó a 2,000. El 11 de octubre, el recuento aumentó a 3.100. Al día siguiente hubo 4.300 nuevas instancias. Y el 19 de octubre se contaron 4.875 casos nuevos.  El Departamento de Salud de Copeland optó por una respuesta doble a la epidemia: intentar frenar la propagación de la enfermedad y tratar a los infectados. La primera línea de defensa fue el aislamiento de los enfermos. New York Times el 19 de septiembre: “Cuando se desarrollen casos en casas o departamentos privados, se mantendrán en estricta cuarentena allí. Cuando se desarrollen en casas de huéspedes o viviendas, serán trasladados rápidamente a los hospitales de la ciudad, y se mantendrán bajo estricta observación y serán tratados allí”. “En la práctica, la cuarentena domiciliaria era voluntaria, dada la falta de un número suficiente de médicos para supervisar el cumplimiento. Y las cuarentenas de los hospitales pueden haber separado a los enfermos de la población general, pero no pudieron aislarlos unos de otros. “ …

 Los periódicos españoles de la época, como El Sol, La Época, el ABC, La Vanguardia, El País, especulaban en 1918 sobre la gripe mal denominada “española”, hasta que el Dr. Marañón confirmó que se trataba de gripe. “En la Academia de Medicina el doctor Marañón explica algunos casos de su observación, en vista de los cuales y de los análisis practicados por el Laboratorio de Alfonso XIII, afirma que, sin lugar a duda alguna, esta epidemia puede calificarse como gripe.” Una de las medidas de salud pública más discutida en los diarios fue el cierre de las escuelas y el aplazamiento de la apertura del curso académico. “La desinfección de los locales donde pueda haber afloración de gente, para evitar en todo lo posible el desarrollo de la grippe, así como el aplazamiento de la apertura de los centros de enseñanza mientras dure la gripe”. También se reflejaban medidas de otros países: “A causa de la epidemia de influenza que se ha desarrollado en Nottingham, se ha prohibido la entrada en la ciudad a los soldados que se encuentran en los campos de los alrededores; se ha abierto un hospital especial para la gripe, se han cerrado las escuelas y se ha prohibido la entrada de los niños en los cinematógrafos”, reflejaba el Heraldo.
 El análisis científico de la pandemia de la gripe de 1918, la pandemia más mortal de la historia reciente, sobre 50 a 100 millones de personas fallecidas, muestra el desconocimiento de la causa de la gripe humana y sus vínculos con la gripe aviar y porcina. A pesar de las similitudes clínicas y epidemiológicas con las pandemias de gripe de 1889, 1847 e incluso antes, muchos cuestionaron si una enfermedad tan explosivamente mortal podría ser la gripe. Esa pregunta no comenzó a resolverse hasta la década de 1930, cuando se aislaron los virus de la gripe (ahora conocidos como virus A H1N1), primero de los cerdos y poco después de los humanos. Aún sigue sin desvelarse la causa de su elevada letalidad.
 Como podemos observar, han pasado más de cien años y la información de las pandemias necesita veracidad y comunicar las medidas de contención y prevención de la transmisión de la enfermedad, dentro de la incertidumbre, evitando la sobreexposición informativa que predomina en la actualidad.
  




lunes, 9 de marzo de 2020

REHABILITACIÓN CARDIACA NECESARIA


REHABILITACIÓN CARDIACA NECESARIA página 11-39 Dominical de Diario de Ferrol 08-03-2020



REHABILITACIÓN CARDIACA NECESARIA
Carlos Piñeiro Diaz, médico de familia. Presidente de AMICOR
 Según la OMS, “la rehabilitación cardiaca (RC) es un conjunto de actividades necesarias para asegurar a las personas afectas de cardiopatías una condición física, mental y social óptima, que les permita ocupar por sus propios medios un lugar tan normal como les sea posible en la sociedad” (año 1964). Hospitales universitarios como el de Ferrol y A Coruña no disponen de RC.
 La cardiopatía isquémica es la primera causa de mortalidad en España, provocando un elevado coste económico social y un deterioro importante de la calidad de vida de las personas afectadas. Las guías de práctica clínica internacionales recomiendan sistemáticamente que los pacientes con enfermedades cardiacas participen en los programas de RC para la prevención secundaria integral, con máxima evidencia, según el registro COCHRANE realizado en 2019. Pero, a pesar de todas las valoraciones positivas y necesarias, sólo una pequeña parte de los pacientes cardiacos (uno de cada doce) tienen accesibilidad a la RC. En nuestro país, según la Sociedad Española de Cardiología, las causas de la baja incorporación a la RC son varias: todavía existen muchos centros que no disponen de oferta de RC para su población, como sucede en los hospitales universitarios de Ferrol y de A Coruña, esperando que en el futuro puedan crearse estas unidades, en colaboración con la Atención Primaria y los grupos de apoyo o asociaciones de enfermos del corazón. Sigue existiendo, en general, un bajo apoyo en las administraciones y de los servicios para dotar del personal y material indispensables para la oferta de programas de rehabilitación cardiaca. Los programas de rehabilitación cardiaca son sistemas terapéuticos multifactoriales destinados a personas que padecen enfermedades del corazón. Con la práctica de ejercicio físico programado y la actuación sobre los factores de riesgo cardiovascular, se consigue un enlentecimiento en la progresión de la arteriosclerosis y una disminución de nuevos episodios coronarios, así como del número de hospitalizaciones y de la mortalidad por cardiopatía isquémica, mejorando tanto la sensación de bienestar como la reinserción sociolaboral.
 Las enfermedades que pueden mejorar con la RC son: la angina de pecho, tras infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, después de una cirugía cardiaca, tras un trasplante de corazón, en personas mayores de 45 años con 2 o más factores de riesgo cardiovascular, tras angioplastia con o sin stent, pacientes portadores de marcapasos, enfermedad cardiaca congénita, arritmias, enfermedad cardiaca reumática, entre otras.  
 El momento en que se debe iniciar una RC surge con la denominada Fase I: fase de ingreso hospitalario dirigida a no perder masa muscular o elasticidad con el reposo. Se intenta que sea corta, con movilizaciones tempranas, apoyo psicológico al paciente y a su entorno familiar.
 La Fase II: Periodo más importante de la rehabilitación y se inicia tras el alta hospitalaria comprendiendo los dos primeros meses.
 Se procede a programar el nivel de ejercicio de cada paciente según sus características clínicas y prueba de esfuerzo, intentando evitar complicaciones. Se introducen los conocimientos que sobre la enfermedad deben tener, los métodos para control de los factores de riesgo en sus vertientes alimenticias, psicológicas y físicas. Así mismo se debe incluir conocimientos sobre actuaciones de emergencias (RCP, DEA, tratamiento con nitritos, etc.)
La Fase III: Debe durar toda la vida del paciente. Intenta una reintegración del paciente a su entorno socio-laboral y familiar. Se debe continuar con el programa aprendido, siendo controlado periódicamente por unidades de apoyo multidisciplinarias (Médicos de cabecera, cardiólogos, psicólogos, fisioterapeutas, dietistas, etc.). Se realizan de forma ambulatoria, y se deben integrar en centros deportivos tanto públicos como privados.
 Muchos profesionales cualificados forman parte del equipo de rehabilitación cardiaca, incluyendo algunos o todos de los siguientes:  Cardiólogo, médico rehabilitador, enfermería/DUE de rehabilitación, psicólogo o psiquiatra, fisioterapeuta, dietista, terapeuta ocupacional, trabajadora social, médico de familia.
En Galicia existen cuatro unidades de RC en el Servicio Gallego de Salud. La Unidad más antigua es la del Lugo, contando con nuevas instalaciones en el hospital Lucus Augusti. La nueva área dispone de 9 puestos de rehabilitación, áreas de consulta, sala de pruebas de esfuerzo y ergoespirometría, vestuarios con ducha y sala de espera. Un equipo multidisciplinar supervisa el programa, dirigido por una cardióloga, la doctora Eva Pereira.
                                              Imagen de Unidad de RC del HULA (Lugo)
 La Unidad de RC del Hospital Álvaro Cunqueiro, de Vigo, ha sido ampliada recientemente, para atender 200 pacientes cada año. La cardióloga, doctora Marisol Bravo, es la responsable de la unidad de RC y coordina a un equipo multidisciplinar muy completo formado por una enfermera de cardiología, un fisioterapeuta, un médico rehabilitador, una nutricionista, una farmacéutica, una psicóloga, un urólogo, una secretaria y una trabajadora social
 La unidad de RC del Hospital Universitario de Santiago, está dirigida por el cardiólogo doctor Carlos Peña, con un Programa Multidisciplinar de Rehabilitación Cardiaca de la sanidad pública compostelana habiendo valorado a más de 2.000 pacientes desde su puesta en marcha en 2015.  Colabora con una unidad de RC en el centro de salud de A Estrada, con pacientes de bajo riesgo. En el Clínico han conseguido reducir la morbimortalidad en un 25 % entre los pacientes que sufrieron algún episodio cardíaco. En el área compostelana, el hospital comarcal de Barbanza dispone de una pequeña unidad de RC para una población de 60000 habitantes.
 Para evitar la desigualdad social y que el peso del código postal de los pacientes gallegos sea el mayor factor de desequilibrio territorial, es exigible y necesario que todos los hospitales gallegos dispongan de unidades de rehabilitación cardiaca, bien dotadas de recursos técnicos y humanos.