domingo, 1 de noviembre de 2020

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(XXVII): MODELOS DE CONVIVENCIA CON EL COVID-19(16)

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(XXVII): MODELOS DE CONVIVENCIA CON EL COVID-19(16) DOMINICAL DEL DIARIO DE FERROL,NORDESÍA. 01/11/2020.Pág.11/35


COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(XXVII): MODELOS DE CONVIVENCIA CON EL COVID-19(16)

Carlos Piñeiro Diaz, médico de familia. Magister en Salud Pública. Divulgador científico

 La sociedad ha aprendido a convivir con el COVID-19, tras haber pasado un período de confinamiento y haber adoptado diversas medidas como el uso de las mascarillas, el distanciamiento físico y el lavado de manos, pero no parece suficiente. Nuevos modelos de convivencia se han convertido en reto, incluso habiéndose limitado derechos básicos con el objetivo social de controlar las consecuencias del coronavirus. El estado de alarma ha sido aprobado.

 Los cierres perimetrales están en boga, a nivel europeo y nacional, así como en nuestra comarca, en Ferrol, Narón, Fene y Neda, y los políticos se enfrentan a un gran interrogante sobre las medidas de restricción que deben adoptar para evitar el descosido del binomio economía y salud.  En España, las Comunidades adoptan medidas de restricción con criterios diferentes, generando incertidumbre en la población.



 Las medidas de restricción adoptadas en Europa se endurecen, según los países, y sobre todo ante el incremento de las hospitalizaciones ocasionadas por el COVID-19. Bélgica ha confinado todo su país, Alemania adopta un bloqueo parcial, en Gales se adoptan medidas restrictivas de cortafuegos, Italia puso en marcha un nuevo decreto de emergencia, Francia impone bloqueo nacional de cuatro semanas, Suiza ha incrementado las medidas de restricción, Italia incrementa las restricciones.

 En el mes de julio de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desarrollado una estrategia dirigida a las ciudades denominada “Medidas prácticas para mejorar la preparación de las ciudades frente a la pandemia de COVID-19 y a otros sucesos”, que analiza las medidas que se deberían adoptar e incluso propone la simulación de la adopción de medidas, pero nuestros políticos parece que no han tenido tiempo de leer ni de realizar la simulación de carácter preventivo, porque no existe una cultura de emergencias ante problemas de salud ni tampoco se dispone de la infraestructura mínima para desarrollar la estrategia, de ahí la importancia de llevar a cabo una lista de verificación para adoptar las medidas posibles a nivel local. Tampoco parece que hayan leído las medidas consideradas por la OMS tertulianos radiofónicos y televisivos e incluso periodistas críticos con las medidas adoptadas por los políticos. Al final, como siempre, son las personas comunes que habitan las ciudades las que sufren la incertidumbre ante el gran interrogante de la pandemia.

 La simulación planteada tiene como finalidad examinar distintas cuestiones criticas en los entornos urbanos, a medida que la pandemia se convierte en una enfermedad infecciosa común que puede tener periodos de mayor propagación en los que aumente el número de personas afectadas.  

  La lista de verificación se estructura en torno a cuatro áreas de interés clave, con 102 medidas de tres niveles (40 de nivel 1, en rojo; 34 de nivel 2, en ámbar y 28 medidas de nivel 3, en verde).  El análisis de las medidas que requieren máxima prioridad (de nivel 1, en rojo), en 4 áreas de interés  abarca el establecimiento de una estructura de planificación y coordinación, comunicación de riesgos y crisis, y participación comunitaria que propicie  el cumplimiento de las medidas, medidas de salud pública adecuadas al contexto , en particular en lo relativo al distanciamiento físico, la higiene de manos y las precauciones al toser y estornudar y el acceso a servicios de atención a la COVID-19 y continuación de los servicios esenciales.

 Destacan en nivel rojo:  la elaboración de  un plan local de actuación,  para prestar apoyo en todas las fases del brote; identificación de las vulnerabilidades, capacidades y recursos; comunicación e información sobre la enfermedad y las medidas de salud pública; movilización de recursos en la comunidad; selección de medidas de salud pública y sociales apropiadas; promoviendo el cumplimiento para reducir la transmisión: distanciamiento físico; preparándose para la identificación y gestión de casos por parte de las autoridades sanitarias locales; garantizando la continuidad de los servicios de salud y la continuidad de los servicios esenciales fuera  del sector salud ( enumerar y revisar los bienes y servicios esenciales, - incluyen viviendas de emergencia, distribución de medicamentos y alimentos, entre otros-, enumerar las necesidades y actividades esenciales, especialmente en las poblaciones vulnerables, colaborando con organizaciones públicas y privadas).

 En España se dispone de un sistema de salud de carácter universal, por lo que las medidas locales son menos exigentes porque muchas medidas están bien desarrolladas, pero las destacadas deberían hacer reflexionar a los políticos locales. La situación evoluciona con rapidez y exige respuestas preventivas de emergencia ante cualquier cambio brusco, en previsión de cambios de escenarios de la pandemia.

 Cada ciudad y cada asentamiento urbano son singulares y deberían desarrollar, adaptar y ejecutar sus propios planes multisectoriales e interjurisdiccionales a nivel local, con el fin de asegurar que las medidas de lucha contra la COVID-19 satisfagan las necesidades de las poblaciones locales. Los planes deberán tener la flexibilidad suficiente para permitir reaccionar ante situaciones epidemiológicas rápidamente cambiantes y asegurar una respuesta adecuada a los contextos y las capacidades locales. (OMS).

 Los estudiantes y profesorado de Francia, Alemania, España, Irlanda, se mantienen en las aulas. En todo el mundo existe una gran preocupación para evitar que la pandemia afecte al desarrollo académico y emocional de toda una generación de niños, afirma el NYTimes. Los líderes europeos siguen el consejo de los expertos que sostienen que los riesgos para la salud pública de mantener a los niños y las niñas en los colegios son superados por los beneficios educativos y sociales. Las dudas de los políticos persistirán.

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