lunes, 3 de agosto de 2020

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(XIV): MODELOS DE CONVIVENCIA Y COVID-19(3)

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(XIV): MODELOS DE CONVIVENCIA Y COVID-19(3) Dominical Diario de Ferrol Nordesía, día 02/08/2020, página 13, 37


COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(XIV): MODELOS DE CONVIVENCIA Y COVID-19 (3)

Carlos Piñeiro Diaz, médico de familia. Magister en Salud Pública. Divulgador científico

  La sociedad ha aprendido a convivir con el COVID-19, tras haber pasado un período de confinamiento y haber adoptado diversas medidas como el uso de las mascarillas, el distanciamiento físico y el lavado de manos, pero no parece suficiente. Nuevos modelos de convivencia se han convertido en reto, incluso habiéndose limitado los derechos básicos con el objetivo colectivo social de controlar las consecuencias del coronavirus. El rebote epidémico está presente.

 Todo el mes de julio ha sido motivo de la búsqueda informativa de rebrotes (se han superado más de 480 en España) y a la búsqueda de signos de predicción de una segunda oleada de la crisis del coronavirus. Aunque una segunda oleada requiere, desde el punto de vista epidemiológico, de la transmisión comunitaria generalizada. Aumenta el número de contagios diarios y de casos importados en las comunidades donde predominan las visitas vacacionales. La mascarilla se impone en todas las Comunidades y quizás sea la hora de recordar que las mascarillas quirúrgicas, las recomendadas para la población general, están destinadas a evitar la proyección hacia el entorno de las gotas emitidas por la persona que usa la máscara. También protege al usuario contra las proyecciones de gotas emitidas por una persona opuesta. Pero, no protege contra la inhalación de partículas muy pequeñas suspendidas en el aire. Si se confirma la persistencia de los aerosoles en el aire, habrá que adoptar las medidas pertinentes, como el uso de otro tipo de mascarillas como las FFP2 o mascarillas de nuevo diseño con más garantías de preservación del contagio por coronavirus.

 Los jóvenes empiezan a ser señalados como propagadores de la transmisión del virus, observándose un incremento de ingresos hospitalarios de adultos jóvenes. Se empieza a moralizar en exceso y hasta se les culpa de ser responsables del deterioro de la economía y del trabajo futuro, por su actitud insolidaria e irresponsable.  El binomio salud y economía, vuelve a estar presente, tensionando las costuras de la nueva normalidad.   Paradójicamente, las residencias de mayores conminan a sus clientes a reingresar, con riesgo de perder su plaza residencial, pero parecen tener miedo junto a sus familias, ante los lúgubres resultados del pasado.

 Se inicia la polémica del regreso a la escuela en el otoño. Investigadores de la Universidad de Texas, en Austin, Estados Unidos, han realizado nuevas estimaciones que brindan una medida aproximada del riesgo que estudiantes y maestros podrían afrontar en cada condado de los Estados Unidos (publicado en The New York Times). Según las tasas de infección, más del 80% de los estadounidenses viven en un condado donde se espera que, al menos, una persona infectada se presente en una escuela de 500 estudiantes y miembros del personal, en la primera semana de clases, si la escuela comenzara hoy. El análisis trata a adultos y niños, con la misma probabilidad de estar infectados. En las áreas de mayor riesgo, se espera que al menos cinco estudiantes o miembros del personal se muestren infectados con el virus en una escuela de 500 personas. Los números reflejan la alta propagación del virus en esas áreas, donde se estima que 1 de cada 70 personas están infectadas. En la ciudad de Nueva York, se considera probable que, en muchas de las 1.800 escuelas de la ciudad, alg


unas aulas e incluso edificios enteros estén cerrados en puntos durante el año escolar. La conclusión lógica es que existirá más riesgo si se vive y estudia en zonas con mayor incidencia de carga viral. El profesorado empieza a inquietarse ante el desconcertante futuro.

MODELO DE CONVIVENCIA EN TERRAZAS Y BARES


El uso inadecuado de las terrazas de los bares puede ser una posibilidad de transmisión del coronavirus. En Alemania, el simple gesto de compartir un salero generó un brote de contagios.

  Nunca debemos olvidar que el uso de la mascarilla, la distancia de seguridad y el lavado de manos ha de formar parte de nuestro ADN social. Nuevas normas de higiene contrastarán con nuestros hábitos sociales, como la imposibilidad de compartir platos entre todos los comensales, con tapas individuales, sin servilletas, saleros, palilleros, aceiteras, vinagreras, que han de ser retirados para reducir el riesgo de propagación del virus. Las cartas se sustituyen por códigos que podremos utilizar para observar el menú en el móvil.

 Para entrar en los bares, las medidas son diferentes, dependiendo de los protocolos de hostelería establecidos. Nos podemos encontrar con una alfombrilla desinfectante a la entrada, para limpiar el calzado. Gel hidroalcohólico accesible en todo el establecimiento para lavado de manos. Nos pueden pedir la introducción de objetos personales en bolsas (como bolsos) para evitar la contaminación del establecimiento. Colocación del abrigo y otras prendas de ropa alejadas de otras personas. Medir la temperatura no es de utilidad, porque gran parte de las personas que pueden transmitir el virus, no presentan síntomas previos de la enfermedad. Se debate la utilidad de arcos desinfectantes para entrar en el local.

 Las mesas deben estar colocadas preservando la distancia de seguridad establecida, sin montar, con objeto de evitar la contaminación de manteles, servilletas y cubiertos. En algunos establecimientos existen mamparas transparentes de separación entre mesas, aunque no está clara su efectividad.

 Los profesionales que sirven en terrazas y bares deberán llevar colocadas las mascarillas, adoptando las medidas de higiene adecuadas en todo momento.

 El pago del servicio es recomendable realizarlo a distancia, con tarjeta o aplicaciones para el teléfono, procurando evitar la manipulación de monedas y billetes.

 

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