COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS (XIII): MODELOS DE CONVIVENCIA CON EL COVID-19 (2)
Carlos
Piñeiro Diaz, médico de familia. Magister en Salud Pública. Divulgador
científico
La
sociedad ha aprendido a convivir con el COVID-19, tras haber pasado un período
de confinamiento y haber adoptado diversas medidas como el uso de las
mascarillas, el distanciamiento físico y el lavado de manos, pero no parece
suficiente. Nuevos modelos de convivencia se han convertido en reto, incluso
habiéndose limitado los derechos básicos con el objetivo colectivo social de
controlar las consecuencias del coronavirus. El rebote epidémico está presente.
Algunos expertos
pensaban que el virus SARS-CoV-2 desaparecería de la actualidad informativa,
como sucedió con el SARS-CoV-1 o el MERS-CoV, incluso se esperaba que la
estacionalidad fuera un factor decisivo para su extinción durante el verano,
pero la evolución de la pandemia persiste y el virus continúa propagándose en
todos los países con grados diferentes, predominando en Estados Unidos, América
del Sur y con rebrotes en Europa. Más de 15,5 millones de casos confirmados y
casi 635.000 muertes estimadas, como causa del COVID-19, ponen de manifiesto que,
a pesar de las medidas de contención instauradas, la pandemia no está
controlada todavía. Los países más adinerados se apresuran a adquirir las
posibles vacunas del futuro y los medicamentos de mitigación de la evolución
clínica de la enfermedad, en clara inspiración de egoísmo e insolidaridad.
En España, se han superado los 280 rebrotes,
desde la finalización del estado de alarma, y las medidas de contención
difieren según las localidades y Comunidades Autónomas, coincidiendo, con
alguna excepción, la obligatoriedad del uso de la mascarilla por parte de la
población. El COVID-19 ha vuelto a modificar los criterios previos del uso de
las máscaras faciales, de cuando se debe usar una mascarilla bajo la imposición
de un criterio político-científico, sin haber dado tiempo a dominar cómo
colocarse, usar, quitarse y desechar una mascarilla, olvidando que antes de
colocarla hay que realizar la higiene de manos con un desinfectante a base de
alcohol o agua y jabón. Que hay que cubrir la boca y la nariz con la mascarilla
y asegurarse de que no haya espacios entre la cara y la mascarilla. Que hay que
evitar tocar la mascarilla mientras se usa y si se hace, se debe realizar la
higiene de manos a base de alcohol o con agua y jabón. Que se ha de reemplazar
la mascarilla con una nueva, tan pronto como esté húmeda, y no reutilizar las
mascarillas de un solo uso. Que para quitarse la mascarilla hay que quitarla
por detrás, sin tocar el frente de la mascarilla; desecharla inmediatamente en
un contenedor cerrado y realizar la higiene de manos con un desinfectante a
base de alcohol o con agua y jabón. El asesoramiento sobre el uso de
mascarillas en el contexto del COVID-19 ha de ser permanente para hacer frente
a los rebrotes.
MODELO DE CONVIVENCIA
FAMILIAR
Existen diversas
guías familiares para hacer frente al COVID-19 y resulta necesario destacar la
importancia del impacto familiar que ha supuesto la aparición de un nuevo
escenario. La situación actual, de adaptación a los roles post-COVID, requiere
establecer un modelo de convivencia familiar compatible con la prevención del
coronavirus. Los CDC, Centros para el Control y la Prevención de enfermedades,
de Estados Unidos, ofrecen herramientas y consideraciones para operar durante
el COVID-19 desde el ámbito familiar. Recomienda realizar un listado de
acciones que permitan un plan adaptado a cada familia, manteniendo el contacto
con las instituciones locales y con los recursos comunitarios y de proximidad,
preparándose para un posible caso de enfermedad, teniendo en cuenta a los
miembros del hogar que pueden tener un mayor riesgo de enfermar gravemente,
eligiendo una habitación de la casa que pueda usarse para separar a los
miembros enfermos del hogar de los demás. Mantener medidas de prevención
diarias, como el lavado frecuente de manos, evitar tocarse los ojos, la nariz y
la boca con las manos sin lavar. Mantener la distancia social con respecto a
otras personas. Quedarse en casa si se está enfermo. Cubrirse la nariz y la
boca con un pañuelo desechable al toser y estornudar y echarlo luego a la
basura. Limpiar y desinfectar los objetos y las superficies que se tocan con
frecuencia. Usar mascarilla al salir de casa y medidas de cómo protegerse y
proteger a los demás.
El 40% de los
rebrotes en España, han tenido relación con el ámbito familiar. Por ello, la
Organización Colegial de Enfermería ha editado una interesante guía para las
reuniones de familiares y amigos, donde se recomienda que el anfitrión realice
un plan previo a la reunión familiar, en relación con mantener la distancia
social de 1,5 metros y para elegir espacios al aire libre o con ventilación
continua, antes de acudir. Al llegar, se han de evitar los abrazos y besos,
ofreciendo gel hidroalcohólico desinfectante al entrar. Siempre, respetando el
no celebrar la reunión, si alguno de los invitados o el anfitrión tiene
síntomas, mantener el uso de la mascarilla y la distancia de seguridad, siempre
que sea posible. Intentar reducir el tiempo de visita lo máximo posible.
Antes de empezar a
comer, sólo una persona pondrá la mesa después de realizar una buena higiene de
manos, retirar la mascarilla al sentarse a la mesa y guardarla en un sobre de
papel o bolsa de tela individual. Servir los platos de forma individual y no
compartir cubiertos al servir. Durante la comida, no compartir ni pasar platos
ni vasos. Colocar la mascarilla en la sobremesa nada más terminar de comer,
adoptando las medidas adecuadas.
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