domingo, 17 de enero de 2021

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(XXXVIII): MODELOS DE CONVIVENCIA CON LA COVID-19(27)

COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(XXXVIII): MODELOS DE CONVIVENCIA CON LA COVID-19(27) DOMINICAL DIARIO DE FERROL, NORDESÍA 17/01/2021, pg.11/35 


COBERTURA INFORMATIVA SOBRE PANDEMIAS(XXXVIII): MODELOS DE CONVIVENCIA CON EL COVID-19 (27)

Carlos Piñeiro Diaz, médico de familia. Magister en Salud Pública. Divulgador científico

 La sociedad ha aprendido a convivir con la COVID-19, tras haber pasado un período de confinamiento y haber adoptado diversas medidas como el uso de las mascarillas, el distanciamiento físico y el lavado de manos, pero no parece suficiente. Nuevos modelos de convivencia se han convertido en reto, incluso habiéndose limitado derechos básicos con el objetivo social de controlar las consecuencias del coronavirus. Pico de tercera ola y derechos humanos.



 Se han superado los dos millones de muertes por causa de la pandemia de COVID-19, provocado por el coronavirus SARS-CoV-2, y transcurrido más de un año se están sufriendo las consecuencias de la tercera ola de la enfermedad. Europa está pagando el tributo del escenario ideal ocasionado por las fiestas navideñas con la propagación triplicada del coronavirus. Muchos países europeos han incrementado las restricciones en previsión de la multiplicación imparable de la infección. En España también se está viviendo el pico de la tercera ola con una incidencia acumulada récord de 575 casos de covid-19 por cien mil habitantes, la más elevada de la pandemia, y de nuevo las Comunidades Autónomas plantean medidas restrictivas diferentes, donde los tribunales empiezan a fallar en contra de medidas que vulneran los derechos elementales. El Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) considera “insuficiente” la justificación del Gobierno Foral para prohibir fumar en las terrazas, incluidos los barriles, de todos los establecimientos de hostelería. Parece curioso que la venta de tabaco se haya considerado como una medida esencial para la población, permaneciendo abiertos todos los estancos como servicios esenciales. Estamos olvidando que el tabaco, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), mata más de ocho millones de personas al año y alrededor de 1,2 millones son consecuencia de la exposición de las personas al humo ajeno. Pues ahora puede sumarse la exposición al coronavirus a través del humo del tabaco, aunque los magistrados indican que la restricción de fumar en las terrazas sólo puede ser si no se dispone da la posibilidad de garantizar la distancia de seguridad de 2 metros. Según los neumólogos, el tabaquismo actual y pasado produce una forma clínica más grave de la COVID-19 y lleva con mayor frecuencia a estos pacientes a ingresar en Cuidados Intensivos, sean intubados y mueran (Archivos de Bronconeumología , septiembre 2020). La OMS opina que la COVID-19 es una enfermedad infecciosa que ataca principalmente los pulmones. El tabaquismo deteriora la función pulmonar, lo que dificulta que el cuerpo luche contra esta y otras enfermedades. El consumo del tabaco es además un factor de riesgo importante de enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, algunas enfermedades respiratorias y la diabetes, y las personas que padecen esas enfermedades tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves en caso de verse afectadas por la COVID-19. Los datos de investigación disponibles hasta la fecha parecen indicar que los fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves y de fallecer a causa de la COVID-19. La Comisión Asesora COVID-19-OMC, puesta en marcha por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (Cgcom), ha hecho público su quinto Informe, en este caso sobre tabaco y Covid-19, en el que reclama a los poderes públicos que fomenten los cambios necesarios para avanzar en las políticas antitabaco, como parte del impulso para crear una nueva normalidad que defienda a la población de la pandemia. Además, se pone de manifiesto que el consumo de tabaco aumenta la probabilidad de contagio de Covid-19, tanto por el humo exhalado, como por la manipulación, ya que fumar o vapear aumenta el contacto mano-boca, y con la mascarilla, así como señala que las pipas de agua incrementan el riesgo por el contacto con boquillas, la proximidad y la difícil limpieza. El documento subraya la importancia de proteger el medioambiente, para lo que recomienda no consumir tabaco ni vapear en espacios públicos abiertos, aunque esté permitido por la ley; y recuerda que la reducción del consumo de tabaco protege al fumador, y la disminución de la prevalencia poblacional libera al sistema sanitario de cargas asistenciales.

 La mayor parte de los científicos opinan que se requieren medidas estrictas de control, que incluyen el rastreo, las pruebas y el aislamiento de contactos, junto con el distanciamiento social y el uso de mascarillas, así como lavado de manos e higiene general. Corea del Sur, Taiwán, China y Nueva Zelanda han utilizado con éxito estos enfoques para suprimir el virus. Se debate en algunos países el enfoque de la “estrategia-Zero Covid-19” y científicos expertos consideran que es el método más eficaz, publicado en un artículo en The Lancet, estableciendo cuatro factores clave que deberían tenerse en cuenta en cualquier estrategia de salida de bloqueo: un sistema eficaz de pruebas, rastreo, aislamiento y apoyo; un plan claro con un proceso de toma de decisiones transparente por parte de los gobiernos; sistemas robustos para monitorear de cerca la situación de la infección antes de aliviar las restricciones; medidas de control prolongadas para reducir la transmisión del coronavirus, incluidas las máscaras faciales y el distanciamiento social.

 Los epidemiólogos opinan que deben endurecerse las medidas de restricción y los médicos recomiendan el auto confinamiento en los domicilios de las personas ante la situación actual de incremento de contagios y presión asistencial en el sistema público sanitario. Los políticos consideran que no procede el confinamiento y se tensan las costuras del binomio salud y economía. El sentido común nos pide quedarse en casa.

 

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