martes, 11 de febrero de 2020

DIETA, CIENCIA Y SALUD


DIETA, CIENCIA Y SALUD Diario de Ferrol, Nordesía Página 8-36 SUPLEMENTO DOMINICAL 09-02-2020


 DIETA, CIENCIA Y SALUD


Carlos Piñeiro Diaz, médico centro de salud de Narón. Magister Salud Pública
 Los patrones dietéticos saludables juegan un papel importante en la prevención de enfermedades crónicas; un patrón dietético saludable (también denominado patrón prudente), se caracteriza por una alta ingesta de verduras, frutas, pescado, panes integrales, carnes blancas y una baja ingesta de carne roja, alta en grasas y granos refinados, contribuye a reducir las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad total.
 Nunca debemos olvidar que mantener un estilo de vida saludable, con una dieta adecuada, realizando ejercicio físico diario, con consumo moderado de alcohol, no fumar y con control del sobrepeso, está asociado a una mayor esperanza de vida desde la mediana edad, pudiendo añadir hasta 10 años adicionales de vida libre de enfermedades. Los factores de estilo de vida modificables, como el tabaquismo, la actividad física, el consumo de alcohol, el peso corporal y la calidad de la dieta, afectan tanto a la esperanza de vida total como a la incidencia de enfermedades crónicas. Las políticas públicas para mejorar la alimentación y el entorno físico que conducen a la adopción de una dieta y un estilo de vida saludables, son fundamentales para alcanzar la esperanza de vida libre de enfermedades crónicas.
 Múltiples estudios científicos resaltan las virtudes de la dieta saludable. Las personas que siguen una dieta occidental, basada en alto consumo de carne roja y procesada, comida frita, cereales refinados y lácteos riscos en grasa, son tres veces más propensas a desarrollar degeneración macular asociada a la edad (DMAE), según los resultados de un estudio de la Universidad de Buffalo (Estados Unidos). La degeneración macular asociada a la edad, es la principal causa de ceguera irreversible y grave pérdida de visión, podría afectar a 77 millones de europeos en 2050.
 Un grupo de investigadores del CIBER de Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), adscrito a la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, ha demostrado que una dieta saludable ralentiza el envejecimiento celular. El consumo de alimentos con un alto contenido de antioxidantes, como los frutos secos y el café, se ha asociado a telómeros más largos, si bien se ha visto que un alto consumo de bebidas azucaradas parece estar relacionado con telómeros más cortos. Dietas saludables, que incluyen alto contenido en frutas, verduras, frutos secos, entre otros alimentos, fuente de antioxidantes, se asociaron a menor acortamiento de los telómeros. La longitud de los telómeros, en los extremos del DNA, guarda relación con el reloj molecular del envejecimiento del organismo, si se produce el acortamiento de estos.
 Las dietas saludables se asocian con una menor pérdida auditiva, según investigadores del Brigham and Women´s Hospital de Boston (Estados Unidos).
 Las dietas que reemplazan la carne roja por proteínas, especialmente las saludables (vegetales de alta calidad, como las legumbres, soja y frutos secos, dan lugar a niveles más bajos de colesterol total y LDL en comparación con las dietas con carne roja), conducen a una reducción en los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, según ha demostrado un estudio de la Universidad de Harvard. Un mayor consumo de carne roja, especialmente la procesada, se asocia a un mayor riesgo de diabetes tipo II, enfermedad cardiovascular, ciertos tipos de cáncer, incluidos los de colon y recto, y muerte prematura. Este es el primer estudio longitudinal que examina cómo los cambios en el consumo de carne roja, a lo largo del tiempo, pueden influir en el riesgo de muerte prematura.    Comer dos raciones por semana de carne roja, carne procesada o aves de corral, se relaciona con un riesgo un 3-7% mayor de enfermedad cardiovacular y un 3% de muerte por cualquier causa, según un nuevo estudio de la Northwestwen Medicine y la Cornell University, publicado en JAMA Internal Medicine.
 Las zonas que tienen un mayor número de restaurantes de comida rápida, registran más infartos de miocardio entre sus habitantes, según una investigación presentada en la 67ª Reunión Científica Anual de la Sociedad Cardiaca de Australia y Nueva Zelanda, celebrada en Adelaida. La investigación ha estimado que por cada restaurante más de comida rápida, se producen 4 infartos de miocardio más por cada 100.000 personas al año.
 La dieta mediterránea hipocalórica ( una dieta con aceite de oliva virgen extra para cocinar, aliñar las ensaladas y  en el pan; tres o más piezas de fruta al día; dos o más raciones de verduras y hortalizas al día, una de ellas en ensalada ; reducir a una ración diaria o menos de pan blanco; cinco raciones o más por semana , repartidas entre pan integral, arroz integral y pasta integral; reducir a una ración semanal o menos la carne roja, hamburguesas y productos cárnicos procesados; y a menos de una ración semanal la mantequilla, margarina o nata; beber menos de una bebida azucarada o zumo de fruta azucarado a la semana; tres o más raciones de legumbres por semana; tres o más raciones de pescado por semana; reducir a menos de tres veces por semana las raciones de pasta no integral o arroz blanco y beber vino con moderación; tres o más raciones de pescado o marisco; y tres o más raciones de frutos secos a la semana. Consumo preferentemente de pollo, pavo o conejo en lugar de ternera, cerdo, cordero, hamburguesas o salchichas; y no añadir azúcar a las bebidas como té o café; consumieron sofrito dos o más veces por semana) reduce la presencia de factores de riesgo cardiovascular.
 Seguir patrones de dieta saludable contribuye a mejorar la salud de las personas.






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