SALUD AMBIENTAL Y ADULTOS. 05/01/2019
Publicado en Diario de Ferrol, Nordesía dominical
SALUD AMBIENTAL Y
ADULTOS
Carlos Piñeiro Diaz,
médico centro de salud de Narón. Magister Salud Pública
La Organización Mundial de la Salud (OMS), incluye
en la definición de “Medioambiente y Salud”, “ los efectos patológicos directos de las
sustancias químicas, la radiación y algunos agentes biológicos, como los
efectos ( con frecuencia indirectos) en la salud y el bienestar derivados del
medio físico, psicológico y social”. La contaminación atmosférica causa 10.000
muertes anuales en España.
El veintitrés por
ciento de las muertes están relacionadas con el medioambiente, según la OMS, lo
que representa 12,6 millones de muertes al año en el planeta. Las diez causas
principales de muerte relacionadas con el medioambiente son: accidentes
cerebrovasculares (2,5 millones), cardiopatía isquémica (2,3 millones), lesiones
no intencionales (1,7 millones), cáncer (1,7 millones), enfermedades
respiratorias crónicas (1,4 millones), enfermedades diarreicas (846 mil), infecciones
respiratorias (567 mil), afecciones neonatales (270 mil), paludismo (259 mil),
lesiones intencionales ( 246 mil). Estamos expuestos a factores de riesgo en el
hogar, en el lugar de trabajo y en la comunidad, a través de: la contaminación del aire en entornos cerrados
y al aire libre; agua, saneamiento e higiene deficientes; agentes químicos y
biológicos; radiación ultravioleta e ionizante; ruido ambiental; riesgos
laborales; prácticas agrícolas, a través de plaguicidas y reutilización de
aguas residuales; entornos urbanizados, carreteras y viviendas y cambio
climático. Cada año hay 4,9 millones de fallecimientos de adultos de 50 a 75
años, siendo las más frecuentes las enfermedades no transmisibles y las
lesiones.
Se considera que el
aire limpio es un requisito básico de la salud y el bienestar humanos, pero se
calcula que más de 6.000 millones de personas están respirando aire tan
contaminado, que su vida está en riesgo. Cada hora, 800 personas están
muriendo, por cáncer, enfermedades cardiovasculares o enfermedades
respiratorias, directamente causadas por respirar aire contaminado, según el relator
especial sobre Derechos Humanos y Medio Ambiente de Naciones Unidas, David Boyd,
que ha definido el problema como una pandemia del siglo XXI, evidenciando que
el fracaso a la hora de garantizar un aire limpio, supone una violación del
derecho fundamental de las ciudadanas y de los ciudadanos a un entorno saludable.
En la Conferencia Mundial sobre la Contaminación
del Aire y Salud, del año 2018, celebrada en Ginebra, se destacaba que los
principales contaminantes son las partículas, una mezcla de gotitas
sólidas y
líquidas, que surgen principalmente de la combustión de combustible y el
tráfico rodado; el dióxido de nitrógeno, del tráfico o de las cocinas de gas en
interiores; el dióxido de azufre por la quema de combustibles fósiles y el
ozono a nivel del suelo, causado por la reacción de la luz solar con
contaminantes de las emisiones de los vehículos. Mientras que las partículas
con un diámetro de 10 micrones o menos pueden penetrar y alojarse profundamente
dentro de los pulmones, las partículas aún más dañinas para la salud son
aquellas con un diámetro de unos 2,5 micrones. Todas ellas pueden aumentar el
riesgo de patologías cardiacas, respiratorias o cáncer de pulmón. Millones de
personas acuden a urgencias por causa de problemas de asma relacionados con la respiración
de aire contaminado por partículas finas o por ozono. El cáncer de pulmón en
pacientes que no fuman, ha aumentado por causa de la contaminación ambiental y
el tabaquismo pasivo. Según estudios realizados en la Universidad de Leicester,
en Reino Unido, por cada aumento promedio anual de 5 microgramos por metro
cúbico de PM 2.5 en el aire al que estaban expuestos los participantes en el
hogar, la reducción asociada en la función pulmonar fue similar a los efectos
de dos años de envejecimiento. Estas partículas finas pueden entrar en los
pulmones, y respirar PM2.5 se asocia a un mayor riesgo de
infarto de miocardio, ictus, enfermedades respiratorias y cáncer. La
contaminación de PM2.5 proviene de plantas de energía,
automóviles y camiones, incendios, agricultura y emisiones industriales. La
contaminación del aire reduce la esperanza de vida a nivel mundial en más de un
año, según un nuevo estudio de un equipo de ingenieros ambientales e
investigadores de salud pública de la Escuela de Ingeniería Cockrell en
la Universidad de Texas en Austin (Estados
Unidos). Las personas que han recibido un trasplante de corazón y viven en
áreas donde los niveles de contaminación atmosférica (PM2.5) superan los
límites recomendados de aire limpio tienen un riesgo un 26% mayor de mortalidad
por infección, según un estudio publicado en el Journal
of the American College of Cardiology.
En la nueva guía de
la Sociedad Europea de Cardiología, sobre enfermedades coronarias crónicas, se
cita por primera vez que los pacientes con síndromes coronarios crónicos, deben
evitar las zonas con mucho tráfico, sopesar el uso de una mascarilla
respiratoria y utilizar purificadores de aire de alta eficiencia en los
espacios de interior. El impacto económico de las muertes y enfermedades
relacionadas con la contaminación supone en nuestro país alrededor del 0,5 por
ciento del PIB (1,7 por ciento del gasto sanitario).
Según la Sociedad
Española de Neumología y Cirugía Torácica, la contaminación del aire causa
aproximadamente 10.000 muertes anuales en España. Los contaminantes más
perjudiciales son los óxidos de nitrógeno (NO2), que provocan
alrededor de 6.000 muertes al año en España; el ozono troposférico, con más de
500 fallecimientos; el dióxido de azufre; el monóxido de carbono, o el plomo. En
España, los gases emitidos por los tubos de escape del tráfico suponen el 32,5%
del total de la contaminación, mientras que las productoras de energía se
cifran en 32,4%. Debe primar la prevención.
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