domingo, 28 de enero de 2018

ESTRATEGIAS ANTE AMBIENTES OBESOGÉNICOS



ESTRATEGIAS ANTE AMBIENTES OBESOGÉNICOS

ESTRATEGIAS ANTE AMBIENTES OBESOGENICOS DIARIO DE FERROL 21.01.2018 Página 9-37


ESTRATEGIAS ANTE AMBIENTES OBESOGÉNICOS
Carlos Piñeiro Diaz, médico centro de salud de Narón. Magister Salud Pública
El ambiente “obesogénico” se define como la suma de las influencias que el entorno, las oportunidades o las condiciones de vida tienen para promover la obesidad en individuos o poblaciones.
La ciencia ha demostrado que los estilos de vida saludables son motivo de mayor calidad y aporte de años a la vida, pero a pesar de todas las medidas adoptadas hasta el momento el exceso de peso se incrementa al doble en las últimas décadas, así como los niveles de sedentarismo de la población. Aunque los medios de comunicación enfatizan los problemas de peso y la falta de actividad física con sus efectos adversos sobre la salud no se obtienen resultados positivos para combatirlos. Todos los países, en el momento actual, buscan la reducción en salud pública de la obesidad y la diabetes tipo 2 y no lo han conseguido.  Parece ser que las medidas individuales no son suficientes porque la obesogenicidad en el entorno influye en las actitudes educativas y conductuales en torno a la actividad física y a la ingesta de alimentos. La estrategia global de la Organización Mundial de la Salud de 2004 sobre dieta, actividad física y salud sirve como guía para la acción social, pero todavía seguimos esperando que una varita mágica halle la solución sin conseguirlo.
Entornos medioambientales. Existen muchos entornos urbanos que no facilitan los estilos de vida saludables y que generan ambientes obesogénicos incrementando la pandemia de obesidad. Evaluar el mapa de la obesidad requiere complejidad e incluso se han desarrollado modelos matemáticos de evaluación que expresan que la prevención de la obesidad parece posible. El genoma humano tampoco ha resuelto la convicción de que la genética de la variabilidad del IMC (Índice de Masa Corporal) sea suficiente porque sólo supone una carga del 2%. En el momento actual se destaca la epigenética y guarda relación con la influencia del medioambiente en los genes.
 Estrategia de reducción del IMC. Una reducción del 1% de toda la población en el IMC equivale a una pérdida de peso aproximada de 1 kilogramo para un adulto de peso medio. Según los cálculos en Estados Unidos una reducción del 1% del IMC en toda la población de los Estados Unidos evitaría hasta 2 · 1-2 · 4 millones de casos incidentes de diabetes, 1 · 4-1 · 7 millones de enfermedades cardiovasculares y 73 000-127 000 casos de cáncer, con una ganancia de aproximadamente 16 millones de QALY( años de vida ajustados concalidad de vida) . El escenario equivalente en el Reino Unido evitaría 179 000-202 000 casos incidentes de diabetes, 122 000 enfermedades cardiovasculares y 32 000-33 000 casos incidentes de cáncer, con una ganancia de aproximadamente 3 millones de QALY durante 20 años. Debido a que una reducción del 1% en el IMC es aproximadamente 1 kg de reducción de peso por persona, de acuerdo con el principio desarrollado por Hall y colegas, necesitaría una reducción calórica neta de 20 kcal por día que se mantuvo durante 3 años.
 Actitudes ante los ambientes obesogénicos.
Adoptar una cultura del movimiento para incrementar el nivel de actividad física, preferentemente con los amigos e intentando practicarlo diario. La inactividad física es un grave y creciente problema de salud global. Para combatir este riesgo creciente en nuestra población, necesitamos implantar una cultura del movimiento que permita activar a todos los habitantes desde la infancia hasta la senectud. La cultura del movimiento es la expresión del modelo biológico del cuerpo humano, nacido para moverse.


 Disminuir el tiempo sedentario diario permaneciendo poco tiempo en la casa para evita el sofá o moverse 10 minutos cada hora si no podemos evitar estar sentados.
 Evaluar los alimentos que permanecen a la espera en nuestro frigorífico para evitar la ingesta de calorías vacías entre horas y darle color al interior de la nevera.
La dieta equilibrada es fundamental y la elección de los alimentos saludables puede contribuir a la disminución de ambientes obesogénicos repetidos a lo largo del tiempo. La OMS y la FAO recomiendan consumir un mínimo de 400 gramos diarios de frutas y verduras para prevenir enfermedades crónicas como las cardiopatías, el cáncer, la diabetes o la obesidad.
La comida fuera de casa ha de ser equilibrada.
 La calidad de la compra es fundamental y no se debe caer en la tentación de llenar el carro sin más. En la época actual somos lo que el carrito de la compra transporta a casa y que comemos después.   El carro de la compra guarda relación con la salud y con la enfermedad, no en vano los adultos españoles suelen consumir alrededor de 900 gramos de alimentos de origen vegetal, 850 gramos de origen animal y 750 mililitros de bebidas (alcohólicas y no alcohólicas)  , añadiendo el consumo de agua ( que debería alcanzar sobre 2 litros). O sea, que cada día entran en nuestro organismo sobre 2,5 kilogramos de alimentos y bebidas, excluyendo el agua. En las últimas décadas se ha observado un cambio en las pautas del consumo de alimentos: disminución de hidratos de carbono de cadena larga (pan, patatas, arroz), aumento de productos de origen animal ( carne, leche y huevos) y de grasas saturadas ( bollería, pastelería). Siempre tenemos la posibilidad de comprar más barato y mantener el equilibrio nutritivo de los platos que tomamos cada día, buscando siempre la dieta equilibrada.
 Reducir el IMC si es necesario y controlar el ambiente obesogénico es importante para nuestra salud.



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