domingo, 15 de octubre de 2017

Huertos familiares, hábitos dietéticos y promoción de la salud, artículo Nordesía Diario de Ferrol


Huertos familiares, habitos dieteticos y promoción de la salud Nordesía 27.08.17 Diario de Ferrol número 37



Huertos familiares, hábitos dietéticos y promoción de la salud
Por Carlos Piñeiro Diaz médico del centro de salud de Narón
 La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la dieta y la nutrición son muy importantes para promover y mantener la buena salud a lo largo de toda la vida y considera que existen datos científicos en la actualidad que proporcionan una base sólida para mejorar los hábitos dietéticos para prevenir las enfermedades crónicas.
 A mediados del siglo XX se produjeron los hallazgos científicos de sustancias activas en los alimentos como las vitaminas contribuyendo a la finalización de enfermedades derivadas de las carencias alimentarias como el escorbuto (carencia de vitamina C), el raquitismo (falta de vitamina D), la pelagra( carencia de vitamina B3), etc. La dieta variada de calidad aporta el equilibrio de nutrientes necesarios para la salud y evita enfermedades; durante muchos siglos y en muchos países en la actualidad, sumando casa a casa con sus huertos familiares se han preservado los recursos del patrimonio fitogenético de la Humanidad y se ha conservado la biodiversidad y la salud de las familias.
 Los tratados romanos de Agricultura como los del gaditano Columela hace 2000 años destacaban las propiedades agrícolas del huerto familiar y sus características. La fruta pasó de un recurso frugal de la familia pobre a una delicia en la gastronomía de la domus romana.

Lo más importante es hablar de un patrón nutricional cultural que contribuye a disminuir las enfermedades crónicas y no solo se puede invocar el efecto de las verduras y frutas. Hay pruebas convincentes de la disminución de enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y enfermedades cerebrovasculares. El consumo de fruta reduce un 40% el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Me limitaré al entorno que yo he tenido de niño en San Mateo (Narón) con la influencia que frutas y verduras de la huerta y de las fincas cultivadas por la familia han conformado un patrón cultural alimentario en mi historia personal infantil. Siempre me pregunto de donde obtuvieron mis abuelos el asesoramiento para tener árboles frutales fundamentales para aportar las sustancias activas necesarias para el organismo humano. Al alcance de la mano o subiéndose al árbol estaban sin saberlo azúcares, vitaminas, minerales, antocianos, flavonoides, taninos, resveratrol, betacarotenos. La sabiduría popular de las ferias y de las ferreterías agrícolas formaba un factor esencial para la transmisión de una cultura de la alimentación.
También podemos hablar de la fruticultura atlántica, de las que yo recuerdo de niño en la huerta de San Mateo destacan las manzanas. La más conocida en la huerta del abuelo era la manzana de príncipe, típica de la zona de Trasancos, de color amarillo con rallado encarnado que madura sobre octubre-noviembre. Le sigue la reineta de un rojo resplandeciente que invita a ser comida. La tabardilla de color pardo sobre fondo verde. La semiácida cacharela de tres en cunca verde amarillenta. La manzana de peruco de forma troncocónica encarnada sobre fondo amarillo. Sus colores le confieren propiedades antioxidantes porque la piel contiene polifenoles que neutralizan los radicales libres de la oxidación celular. Especialmente indicadas para prevención cardiovascular y enfermedades crónicas. Una manzana diaria en mayores de 50 años reduce las muertes vasculares y parece hacer realidad el viejo proverbio inglés de que una manzana al día mantiene alejado al médico.
 Los perales estaban presentes en todas las huertas de mi infancia. Las peras urracas de color marrón avellana , las barburiñas de color verde claro, las peras de manteca propias de nuestra zona de Trasancos de color amarillo y blanda presencia, los perucos troncocónicos, la conferencia de color verde con manchas parduzcas, abundantes en potasio y diuréticas, con taninos que tienen propiedades antiinflamatorias y astringentes.
De los frutales de hueso destacaban las cerezas y las guindas con excelentes antioxidantes que aportan los flavonoides (antocianos) y el ácido elágico dentro de los polifenoles. De alto contenido en agua y potasio presenta efecto diurético que favorece la destrucción de cálculos renales de ácido úrico. Aporta fibra con efecto laxante y mejora el estreñimiento.
 El albaricoque, las ciruelas, el melocotón, bolsas de agua, claudias del país, nos aportan fibra y pro-vitamina A (beta caroteno)con propiedades antioxidantes y previene problemas de visión. Ricos en taninos son antiinflamatorios y antioxidantes. Contiene ácido oxálico y puede contribuir a la aparición de cálculos renales. El ácido cítrico y el málico aportan acción desinfectante y alcalinizan la orina.

 Los cítricos que yo recuerdo eran el limonero y la lima y en algunas huertas próximas el naranjo. Ricos en vitamina C, previene en enfermedades infecciosas. Poseen flavonoides y betacarotenos con acción antioxidante y ayuda a la prevención cardiovascular. Aportan fibra y ácido fólico.
 Las brevas y los higos aportan azúcares que se transforman en glucosa en el organismo y de grandes propiedades antioxidantes.
 A pesar de todo, los estudios científicos sobre los fitonutrientes son limitados y debemos pensar que la dieta de los colores hay que incluirla dentro de una dieta equilibrada y saludable. Consumir 5 porciones de frutas al día contribuye a mejorar la salud de las personas aunque cuando disfrutábamos de estos alimentos en el siglo pasado desconocíamos los delicados mecanismos de las sustancias activas de la vida que nuestros abuelos aportaron a la hora de plantar los árboles frutales en sus huertas.  Los investigadores en nutrición consideran la necesidad de establecer políticas para promover la disponibilidad, la accesibilidad y la aceptabilidad de fruta fresca a través de medidas educativas y de regulación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario